¿Zona ORA en Santa Marta?
El hecho de que el Gobierno Municipal de Santa Marta se haya propuesto aprobar una Ordenanza de Tráfico debería suponer un avance importante ya que, si se trabaja bien, si se trae a debate tras un análisis pormenorizado de la realidad de la que se parte,
La Voz de Salamanca (Mariasun Barandiaran (Portavoz de IU-LV en Santa Marta)) / El hecho de que el Gobierno Municipal de Santa Marta se haya propuesto aprobar una Ordenanza de Tráfico debería suponer un avance importante ya que, si se trabaja bien, si se trae a debate tras un análisis pormenorizado de la realidad de la que se parte, puede ser un instrumento útil.
Y por ahí comienza nuestra crítica.
Para empezar, consideramos que la ordenanza de tráfico debería ser una de las consecuencias de un estudio previo de movilidad y de aparcamiento. Eso, evidentemente supone análisis, participación, exposición de propuestas, debate y elaboración colectiva. Nada de eso aparece en este texto, que más allá de ser bueno o malo, está alejado de la realidad de Santa Marta.
Destacan evidentemente algunos elementos.
1. Sin análisis de movilidad, se dedica un capítulo (quizá el más importante) al establecimiento de zona ORA en Santa Marta. No se especifica eso sí, cuántas calles, qué calles y ni en virtud de qué datos.
La ORA puede ser un instrumento que de soluciones a problemas de movilidad y de aparcamiento. Pero eso exige que ustedes tengan claramente localizados los problemas y que estén seguros de que la solución viene por gravar el aparcamiento, por apostar por la rotación.
Sin análisis de la realidad (cuántas plazas existen, cuantos coches hay censados en las diferentes zonas, qué tipo de viviendas hay en Santa Marta, si tienen garaje, su valor catastral, las costumbres de movilidad…) podemos acabar por generar nuevos problemas.
La ORA es una oportunidad y una necesidad allí donde al mismo tiempo se han creado aparcamientos de residentes para las viviendas antiguas y sin garajes; allí donde hay una buena política de fomento de transporte público, allí donde el diseño urbano permite una movilidad peatonal, o en bici… Ahora, si de lo que se trata es de penalizar a la gente que usa el coche en un pueblo diseñado para moverse en automóvil, eso es injusto.
Si la zona ORA se implanta en la zona donde menor valor tienen las viviendas, donde más antiguas son, donde no tienen garaje, donde vive la gente trabajadora que normalmente no usa coche pero que lo tiene aparcado en la calle… la medida es antisocial.
2. La vigilancia de algunas normas de tráfico se transfiere a los agentes de la zona ORA (por ejemplo la doble fila). Eso no solo supone “privatizar de facto” una función de marcado carácter público como lo es el cumplimiento de las ordenanzas (esa es la función esencial de la Policía Local) sino que además es discutible jurídicamente y de hecho hay varios contenciosos a punto de ser resueltos por vulneración de la Ley de Policías.
3. La ordenanza a penas contempla elementos importantes de circulación, que no solo tienen que ver con los coches, sino con los peatones, con los ciclistas, con el diseño urbano. Esta ordenanza obliga a todos menos al Ayuntamiento, que no asume compromisos de espacios mínimos de acerado (sólo lo exige para zonas en obras -1,5 m- pero no se lo exige al ayuntamiento) de supresión de barreras, de regulación democrática de semáforos en pasos de peatones (aumento de tiempo para cruzar a una velocidad adecuada a las personas de movilidad reducida -0.6 metros/segundo).
4. No se hace referencia a algo que es una necesidad perentoria en nuestro municipio: el establecimiento de una velocidad máxima de 30km/h en todo el casco urbano. Y no se hace entre otras cosas porque ustedes traen a esta comisión la Ordenanza sin haber preguntado a la gente que vive en las casas, que pasea por las calles, que cruza para ir al colegio, que siente miedo cuando su hijo juega al balón cerca de una carretera. La participación sirve, entre otras cosas, para obtener pistas.
Cuando no se pregunta a los vecinos no se acierta. Una pregunta que puede servir de ejemplo ¿por qué los peatones circulan por el carril bici o cruzan mal los semáforos? Quizás porque el carril bici tiene un diseño absurdo, o porque los pasos de peatones no están bien situados o son insuficientes. A veces basta con observar… otras con preguntar.
5. La Ordenanza nos parece poco exigente a la hora de establecer las normas de convivencia entre obras, peatones y automóviles. Creemos que debe ser más contundente en la defensa del peatón y del paso de peatones. Si hace falta reducir los carriles de circulación, se reducen… pero el espacio peatonal debe ser sagrado. Sobre todo partiendo de la base de que en si algo abunda en Santa Marta son mamás con carritos de bebé y personas mayores.
Las obras deben tener una separación real con el acerado provisional, algo que no se contempla en la ordenanza.
6. Hay aspectos, curiosamente los que suponen gastos para el Ayuntamiento, que no se recogen en una ordenanza que no sólo se aprueba para que los dueños de los coches saquen tiquet de la ORA o para que circulen a 30 o a 50 por hora. Una ordenanza de tráfico puede regular que el tipo de iluminación de los pasos de peatones (luces de alerta), las marcas en el suelo para los ciegos, los rebajes de las aceras, el espacio de los pasos de peatones, o la regulación de los espacios peatonales (cuando los haya, cuando se proyecten).
7. De las bicis ni hablamos. La Diputación regaló un trozo -mal pensado- en el Puente de la Serna y ahí sigue, sin un digno final que al menos no ponga en riesgo a los aventureros de las dos ruedas. Eso sí, si hay que ir al Día de la Bici, se va!
Podríamos votar en contra -que lo vamos a hacer- y presentar un voto particular. Pero no vamos a optar por esa solución -que exige formular texto alternativo- porque sería cometer el mismo error que el que a ustedes les achacamos. Una ordenanza de tráfico ni se copia, ni se aprueba de un día para otro.
Una ordenanza de tráfico se discute con unos y con otros -que por cierto tendrán intereses contrapuestos, por ejemplo mayores, comerciantes, taxistas…-.
Una ordenanza requiere un estudio previo que los ciudadanos tienen derecho a conocer.
Una ordenanza requiere algo más que afán de recaudar.
Una ordenanza supone asumir obligaciones propias. Plantilla de Policía para hacerla cumplir, presupuesto de inversiones para ejecutarla…
Y una ordenanza de tráfico supone tener claros los objetivos que se persiguen: ¿mejorar la movilidad? ¿solucionar el problema del aparcamiento? ¿reducir riesgos en la movilidad peatonal? ¿ser ejemplarizantes contra el vandalismo sobre cuatro ruedas?
Por todo ello IU Los Verdes votará en contra no sin antes pedir, que se deje sobre la mesa, como guión de debate para una futura comisión. Pero como guión que vaya acompañado de informes técnicos, de consulta a vecinos, ecologistas, comerciantes, taxistas, mayores…