Antigua cárcel y alhóndiga, desde hace no muchos años y tras excelentes obras de restauración, este singular edificio de noble estampa alberga las casas consistoriales. Procede del siglo XVI y su estilo más relevante es el renacentista.
Consta de dos plantas, ambas disponen de galerías que como tales, forman arcadas abiertas al aire libre. El primer paso tiene cinco arcos apoyados sobre columnas y las de los dos extremos están adosados a los muros. Los capiteles son corintios. En cuatro de sus enjutas hay decoración de escudos.
El piso superior tiene las mismas características: esto es, cinco arcos y sus columnas respectivas; aquí las enjutas llevan decoración de medallones lisos. El aparejo es de sillería regular.
La portada se forma de arco adintelado cuyas dovelas están perfectamente señaladas. El interior, como queda dicho, fue vaciado y reconstruido, aunque quedan algunos restos de su primitiva fábrica.