Y vinieron de El Corte Inglés
Cuando llegaron a la tienda yo no estaba, andaba en el otro oficio, es decir en otros trabajos distintos a los del negocio propio. Y con esto ya queda contado todo de como anda el patio en las pequeñas tiendas. Como ya he dicho vinieron, me refiero a unas
José Luis Sánchez-Tosal / Cuando llegaron a la tienda yo no estaba, andaba en el otro oficio, es decir en otros trabajos distintos a los del negocio propio. Y con esto ya queda contado todo de como anda el patio en las pequeñas tiendas. Como ya he dicho vinieron, me refiero a unas señoritas que en el nombre de El Corte Inglés han andado por nuestras tiendas ofreciendo una tarjeta para que fuéramos a comprar allí, ante la inminente apertura de éste en Salamanca. Esto me lo contó mi hermana que es a la que le tocó vivir el episodio tan poco agradable.
A mi me parece ver en la acción varias cosas poco buenas, pues lo pinten como lo pinten, a servidor y a pesar de la amistad de varias generaciones con el Zamorano y Moriche, lo último que se me ocurriría sería ir a su tienda ofreciéndole una tarjeta para que compraran en la mía, y no hace falta decir que a ellos le pasa lo mismo. Esa visita me parece como un abuso del poderoso, que ofreciéndote sus servicios, entra en casa del posible ahorcado a traerle la cuerda para que él mismo se la coloque. Claro que puede ser una manera de ir metiendo ruido y presión, mostrando lo seguros que están de su próxima apertura, cuando aun la pelota jurídica está en el tejado, con claros vientos portadores de que las cosas del asunto pudieran no ajustarse a derecho, como ya se ha dicho en primera sentencia, sobre este paso de terrenos públicos a manos privadas, y en el que no son pocos los apoyos de muchas partes para que esto parezca una menudencia, incluso de instituciones que el pequeño comercio esperó su apoyo, y más del poder político representado por Lanzarote en la provincia, así como de muchas tribunas, que parece que para «tener razón» dan la razón a lo que va a lograrla de hecho, o sea a los más fuerte a lo que vence, y que así me lo avisa y señala de esta razón fáctica Sánchez Ferlosio en "Vendrán más años malos y nos harán más ciegos". Pero yo desde aquí les digo a Vds. señoritas enviadas que: "todavía tiene el juez que pronunciarse, y yo que arruinarme del todo, para aceptar la tarjeta de compras de su casa".
Publicado en www.ciudadrodrigo.net
