Salamanca es un barrio
Los protagonistas de la manifestación ciudadana contra las tasas de Lanzarote son unas asociaciones de vecinos crecidas ante una injusticia manifiesta y una ciudadanía que siente en su bolsillo las ocurrencias contables del Alcalde. La imaginación está en
La Voz de Salamanca (Iñaki Paredero) / Los protagonistas de la manifestación ciudadana contra las tasas de Lanzarote son unas asociaciones de vecinos crecidas ante una injusticia manifiesta y una ciudadanía que siente en su bolsillo las ocurrencias contables del Alcalde. La imaginación está en la calle, en forma de comandos de payasos, pancartas y mucha esencia charra.
"En Salamanca, la gente, está ya muy harta". Si preguntamos a cualquier salmantino de a pie, ésta será la explicación que nos dará a la mayor manifestación contra la derecha consistorial que ha visto esta ciudad.
Y el pueblo es sabio. Una concentración (y pronto dos) no triunfa o fracasa por el apoyo de partidos o personas individuales. Es la ciudadanía la que al tomar conciencia de una situación, se mueve, de forma imparable, para evitar una injusticia. Y es el trabajo de los que están a pie de calle, de las asociaciones de vecinos, el que lo hizo posible. Así lo cree Jose Maria Collados, su presidente, que ha declarado que "muchos nos daban por muertos, pero hemos demostrado que es la gente de la calle, los vecinos, las asociaciones, los que realmente han logrado movilizarse y movilizar a la gente para parar este atropello."
Y así fue. Los partidos e incluso otras asociaciones lograron movilizar a los suyos. Las caminatas desde los barrios, con madres desesperadas por no poder comprar dodotis, con jubilados, jóvenes, gentes de izquierda y derecha… esas marchas pacificas movilizaron a todos y ejemplificaron el poder pacifico, responsable, que, hoy en día, conservan los barrios de Salamanca.
¿Pero cual es la receta del éxito? Salamanca es una ciudad austera y difícil, una ciudad seca, sin lluvia, con frío, con gente que aguanta todo lo que le echen. La gente se mueve lo justo y protesta lo justo y así debe ser.
Pero cuando en otras ciudades el tejido asociativo vecinal ha dejado paso a otros modelos, más modernos quizás, pero menos pegados a la calle, en Salamanca las asociaciones de vecinos siguen teniendo protagonismo. Aquí han sido los vecinos los que se han cansado ya de un alcalde prepotente que perdona las deudas a los constructores para cobrárselas a todos y han decidido que lo justo era moverse. Y que la protesta, sí, era justa.
Y si los vecinos lo han visto, Salamanca, una ciudad de vecinos, lo ve. Gracias a todas las asociaciones de vecinos, a sus miembros y sus presidentes y presidentas, a su trabajo, tesón e ilusión. Necesitamos más como vosotros para que este día 2 Diciembre, paremos, paréis la injusticia que se nos impone.
Esta subida, la vamos a parar.