Russians

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Marzo 31, 2008

Hace un par de días entendí lo revelador del tema de Sting “Russians”, en el que desmontaba la política propagandística americana que pretendía instaurar en la sociedad el miedo a los rusos. Como no llegué a conocer la Guerra Fría, nunca pude reparar en l

La Voz de Salamanca (Javier García Pedraz) / Hace un par de días entendí lo revelador del tema de Sting “Russians”, en el que desmontaba la política propagandística americana que pretendía instaurar en la sociedad el miedo a los rusos. Como no llegué a conocer la Guerra Fría, nunca pude reparar en la trascendencia de esta canción. Aún así, el racismo creciente de algunos descontrolados hooligans que, disfrazados de artistas o de políticos difunden un odio injustificable contra las minorías musulmanas, me ha permitido comprender la relevancia de este mensaje.

En cuanto a la ola de lepenismo anti-musulmán que asola Europa, no es tan preocupante el contenido del rebuzno en sí como la simpatía que algunos medios de comunicación están adoptando con esta moda de intransigencia. Lo peor no es que el racista diga sandeces-algo inherente a su condición ideológica-, sino que las proclame en un Parlamento o que disponga de medios de comunicación para lucirse.

Digo esto porque, anteayer, un diputado liberal holandés, apoyándose en la tesis de un filme contra el Corán que defiende que el Islam incita a la violencia, declaró que “Es necesario echar de Holanda a todos los musulmanes”.

Aunque no he leído el Corán, considero que las mismas acusaciones vertidas contra el Corán son extrapolables a todas las religiones semitas y tenemos multitud de ejemplos. ¿Acaso no incita a la violencia que un padre mate a su hijo para obedecer a Dios? ¿Acaso la historia de las religiones semitas no lleva consigo una historia de dominación de los pueblos y de infinidad de guerras en favor de una fe universal?

O más obvio aún: ¿somos los europeos, los mismos que inventamos la colonización, los más indicados para agredir a millones de musulmanes por aquello que ponga en el Corán, sin siquiera dar por hecho que la violencia es una realidad que ha estado presente en toda forma religiosa? ¿No sería más adecuado –y también más occidental- condenar toda violencia, sea cual fuere su procedencia, sin atribuirla absurdamente a un credo u otro?

En cualquier caso, independientemente de lo que ponga en el Corán, las actitudes hacia la violencia son algo que trasciende a los Textos Sagrados: el rechazo a la violencia, además de una cuestión de educación y de cultura, es una cuestión de piel, de cromosomas, de la pasta humana que nos compone.

Fue Sting, mediante esa canción, quien en medio de la campaña propagandística de Reagan le dijo al mundo aquello de “creedme cuando os digo que los rusos aman a sus niños”. Crean, pues, que los musulmanes también los aman.

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