Pasos atrás

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Septiembre 14, 2008

ciudadrodrigo.net La semana pasada, mientras pasaba lo de Fernando Arrabal en Ciudad Rodrigo, en Ahigal de los Aceiteros pasaba lo de Julio Robles, y si lo del primero fue un rato agradable con que ya no original por repetido, lo del segundo es algo peor

José Luis Sánchez-Tosal / ciudadrodrigo.net

La semana pasada, mientras pasaba lo de Fernando Arrabal en Ciudad Rodrigo, en Ahigal de los Aceiteros pasaba lo de Julio Robles, y si lo del primero fue un rato agradable con que ya no original por repetido, lo del segundo es algo peor que desagradable, aunque este acto sí que es tan original como nuevo.

Uno, como todos los hombres de Salamanca que ya peinamos canas, nació con los toros pegados, pues esto daba lugar a relacionar con la fiesta no sólo taurina sino con la vacacional y festiva, pues ¿qué más que eso eran los carnavales? Y por tanto dentro del paisaje de la infancia están recuerdos muy agradables nada taurinos adosados los toros, cosa que hace como difícil despegarse de ellos, si a esto añadimos que el tener al mundo de los toros por estos lares pegados a uno, de una forma o de otra te relacionas con ellos, y esto te lleva a verlos, pues entonces como que uno es taurino de nacencia más que de vocación. En esta relación en el caso concreto de Julio Robles puesto que vivió entre nosotros en Ciudad Rodrigo había un grado de amistad, y un recuerdo en la retina de cuando toreó en La Glorieta, bello y artístico, además de un sentir cariñoso pesonal, pues fue el primer hombre no de la familia que tuvo en sus brazos a mi hijo David hace ya 32 años camino de Valdemorillo, donde iba a torear un festival que después cogería renombre, y más tarde la vida le tenía guardado a ambos, a mi hijo y a él, un destino trágico. Por tanto me ha afectado mucho lo hecho en su tumba, y no sólo en razón de los recuerdos de este hombre, sino por la barbarie efectuada sin humanidad ni cabeza.

Si hasta aquí he contado cómo uno está unido a los toros sin ser taurino, también es cierto que mi inquietud intelectual me ha llevado a pensar en las razones que alejaban a los detractores de los festejos taurinos, teniendo ya muy claro que no teníamos quizá derecho a hacerle pasar el ratito al toro, y desde luego ya soy detractor de todo el matrato sin arte que se da en el toro de Coria, de la Vega y de todas las fiestas mediterráneas que terminan en el agua, resistiéndome a aceptar el abuso del animal en lo que se entiende por una corrida seria, como se resisten a abandonar la costumbre religiosa toda mi generación, nacidos entre curas, aunque la razón les dicte que quizá la verdad única no sea ni verdad. Pero esto no quita para que los razonamientos de sus detractores hayan ya abierto brechas en todas las personas sensibles y si bien no atacan a esta ya la ven como algo que llevamos pegado a nosotros, y que no sería muy bueno transmitirlo a futuras generaciones.

Con estos actos hay que tener en principio además de la desaprobación todas las reservas del mundo y hacerse preguntas como si es una asociación real la autora, si han sido ellos o se les imputa, qué aceptación tienen en el resto de las asociaciones detractoras de la fiesta, puesto que todo lo que se entiende por una asociación normal no es aceptable después de la acción, y con su acto sólo consiguen un importante paso atrás, en lo que a captar adeptos antitaurinos, pues con esas inhumanidades hechas a la tumba de un humano como que todos corremos a refugiarnos en lo conocido, pues no me imagino ni a Julio ni a los amigos aficionados taurinos que conozco en una acción así.

En fin, que con detractores como estos y si las demás sociedades antitaurinas no tienen nada que decir a la acción, a la tauromaquia le alargarán la vida más de lo que ya ella misma pensaba.

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