“¿El maldito lenguaje o la maldita lengua?”
Harta de oír lo inútil e incómodo que resulta a muchos y muchas, escuchar nombrar el femenino y el masculino de algunas palabras, he decidido dedicarles este artículo, para que comprendan de una vez por todas, que no se trata de una cabezonería de las fem
La Voz de Salamanca (Lucía Romero Diego ) / Lo que ocurre es que ninguno se ha parado a reflexionar sobre ello, salvo estudiosas y estudiosos de la lengua. De modo que todo esto, al resto nos puede sonar a chino, y no es precisamente esta la lengua que nos compete en este momento.
Quizás nos sea más sencillo comprenderlo con el ejemplo de los medios de comunicación, cuando se empezó a comprender que además de contar lo que ocurre, tienen muchísima responsabilidad en lo que sucede. Que además de informar, proponen modelos sociales, formas de pensar y comportarse y son el foro de discusión pública. ¿No es posible que esta afirmación sonara a chino también hace unos años? Seguramente, en su momento, también produjo risa pensar la influencia de la televisión o la radio en la forma de actuar de la gente. Creerían que era una tontería pensar que porque en el telediario trataran de un modo u otro las noticias, nosotros pudiésemos pensar una cosa u otra, o incluso actuar de un modo u otro. Sin embargo, hoy en día comprendemos perfectamente, que hay que saber leer entrelíneas los periódicos, y a poder ser escuchar diferentes cadenas de radio si no queremos terminar hablando como el periodista de turno, o votando a quien más publicidad ha tenido.
Quizás, de este modo, sea más fácil comprender que el leguaje tiene mucha más influencia en nosotros de la que podemos creer. Por lo que considero que habrá que ir pensando cómo queremos que nos influya, o al menos, cuán conscientes queremos ser de la influencia que tiene decir todos o todas.
Lucía Romero Diego.