Lanzarote contra el pueblo
Tras el esperpéntico juicio celebrado en la mañana de ayer contra la Asociación Jóvenes Vecinos de Salamanca, uno se siente muy inseguro a la hora de opinar sobre la nueva soez chorrada protagonizada por el Alcalde. Si por el ejercicio de la libertad de e
La Voz de Salamanca (Javier García Pedraz) / Tras el esperpéntico juicio celebrado en la mañana de ayer contra la Asociación Jóvenes Vecinos de Salamanca, uno se siente muy inseguro a la hora de opinar sobre la nueva soez chorrada protagonizada por el Alcalde. Si por el ejercicio de la libertad de expresión, al laborioso José Luis Mateos le querían soplar 300 euros en concepto de cerrajero, uno teme que por criticar al señor Sheriff le pasen la factura de un hipotético psicoanalista –tan hipotético como el cerrajero- que se atreva a adentrarse en las más oscuras entrañas de autoritarismo que de su actitud se desprende.
A pesar de que la cifra que se le demanda a la Asociación de Jóvenes Vecinos es similar a la que Lanzarote le impuso a cada familia salmantina con su subida de impuestos, lo más curioso es que, aunque continúa habiendo numerosas calles sin urbanizar, el gobierno municipal destina los recursos que nos debe a luchar decididamente por la recuperación de una valla rota de la que no tienen ni “los cachos”.
Cabe recordar que el “Caso valla” se remonta al famoso pleno en que Lanzarote recurrió a la épica militar para echar a los salmantinos del Ayuntamiento, lanzando el aviso al pueblo de que aquí manda él. Aquel día parecía que iba a invocar al mismísimo Luis XIV con su “Salamanca soy yo”, o que acallaría las críticas con un más reciente “quieto todo el mundo”. Pero Lanzarote, como toda celebridad mediática que se precie, prefirió innovar con el gritó “Que la Policía desaloje el pleno”.
Desde entonces, con el mismo agujero en las arcas del Ayuntamiento, a Lanzarote no se le ha ocurrido otra estrategia para cerrar el agujero que denunciar a los Jóvenes Vecinos por una valla rota. Parece ser que el periodo estival que otras ocasiones pasaba en mansiones de lujo propiedad de ricos constructores – él sufre la crisis a su forma- esta vez lo va a pasar demandando a sus vecinos por cosas cuanto más estúpidas mejor.
Lo peor es que los amigos del Excemo. Sheriff nos deben a los salmantinos la friolera de 20 millones de euros, pero el Ayuntamiento, muy preocupado por “los problemas de los ciudadanos”, solicita a la Asociación Jóvenes Vecinos la cantidad de 300 euros en concepto de “contribución a la conciencia social y a la participación ciudadana en la defensa de sus derechos”, resumido en las siglas "VALLA ROTA".
Dentro de lo malo, cuando está Lanzarote de por medio, la historia siempre se repite, y perderá este ridículo juicio para competir con su colega Losantos a ver quién tiene más derrotas judiciales consecutivas. Pero tanto él como su partido deben saber que, aún en el caso de que esta medida coactiva contra el asociacionismo prospere, los vecinos de esta ciudad pasamos la gorra y la multa se paga en un "periquete".
En fin, que a pesar de las sorpresas que da un Alcalde como el nuestro, uno nunca acaba de acostumbrarse a él, por lo que el humor es un recurso que, acompañado de la solidaridad con los Jóvenes Vecinos de Salamanca, nos pueden ayudar a soportar esta pesadilla kafkiana que atraviesa nuestra ciudad.
Ya decía un compañero el otro día que "aquí son cutres hasta para hacer mafia". En cualquier caso, la realidad vuelve a superar a la ficción.