Imagen cristal/imagen tiempo
Invitamos al lector a comentar la fotografía reciente obtenida de internet de Fidel Castro. Buscamos, entre todos, elaborar la hermeneútica del material gráfico, la historia social de la imagen
La Voz de Salamanca (Daniel Molina) / DANIEL MOLINA / MIGUEL LÓPEZ
Para conocer una sociedad, una determinada cultura, o simplemente la densidad de un acontecimiento presente, se hace necesario escuchar la radio, ver la tele, o leer un periódico de manera que la totalidad de la noticia represente lo que en nuestra mente podemos conformar y denominar como imagen en movimiento. Pero, ¿Qué recuerda y qué pone de relieve el pasado reciente? ¿Qué forma le dan al mismo los diversos actores sociales? ¿Qué mecanismo activa la memoria del recuerdo? ¿Qué recurso nos puede hacer sentir un relato no vivido, como una imagen fresca dinámica y activa? En último término, ¿cuál ha de ser la funcionalidad práctica de la información?, en este sentido ¿se trata de recordar para olvidar definitivamente o va en serio esto de la memoria?
La imagen y la palabra son siempre un material poliédrico y ambiguo, pero documento periodístico. Bajo esta premisa, y con la intención de localizar los elementos construidos y deconstruibles, hemos seleccionado una foto de Fidel Castro, de manera que, la noticia no sea estrictamente el titular sino la capacidad implícita que toda persona tiene de ver, en cualquier configuración del objeto, algo completamente distinto a lo aparente.
Esto no es un nuevo invento en periodismo, ni siquiera lo es, en el conjunto de las CC. SS. Muy recientemente un investigador tan prestigioso como Juan Luis Arsuaga, pretendió en un reportaje (Lágrimas por un niño neardenthal) publicado en EL PAÍS y en EL PAÍS.COM, reconstruir las emociones de este homínido a partir de la imagen de restos óseos y cultura material en imágenes. Como se puede intuir, el debate científico y el grado de interés que despertó la información, pero sobre todo, la interactividad de la imagen pretérita, resultó ser de todo menos intrascendente.
Con la imagen de Fidel Castro que pasaremos a comentar, pretendemos algo similar a lo que Arsuaga quiso con la reconstrucción de las emociones de aquel homínido, esto es, de manera práctica, intentar situar una discusión en la que el motor principal del debate no sea la noticia en sí misma, sino la semiótica del documento gráfico como horizonte claro de que la realidad del dato viene determinada por lo que el observador quiera observar, ejercicio en el que sin duda se adquiere una información, pero también se escapa otra. En la imagen obtenida de una página internet (http://www.infobae.com/notas) se observa, de manera global, a un Fidel Castro de constitución enfermiza, pálida, extremadamente delgada, con una barba teñida, y aunque se muestra en una actitud relajada, parece obligada, intentando ocultar los acrecientes problemas médicos de Castro. La foto, si bien aparenta una atmósfera distendida, (el líder comunista aparece leyendo el periódico oficial Gramma), se puede observar sin dificultad, la posición forzada de las piernas, postura incómoda y no natural para las personas con movilidad en las piernas, pero que puede adoptarse de manera natural ante situaciones de posible perdida de movilidad, que le impediría colocarlas de forma mas habitual, y que marcaría una posible falta de sensibilidad de las extremidades inferiores, como parece ser el caso de Fidel. Por otro lado, el grosor del brazo izquierdo es ínfimo y totalmente desproporcionado con el de la mano, lo cual nos puede poner sobre la pista de dos hipótesis, de un lado, la existencia de edemas cardiovasculares, que han provocado la inflamación de las manos, y del otro, la posibilidad de perdidas de masa muscular.