“El Gobierno de Zapatero ha invertido más en Salamanca que Aznar en cien años”

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Enero 22, 2007

LA VOZ DE SALAMANCA ofrece la segunda parte de la entrevista que mantuvo con Fernando Pablos (1968). Tras analizar la situación que atraviesa la ciudad, el candidato socialista se adentra ahora en materias regionales y nacionales, sin olvidar otras cuesti

La Voz de Salamanca (M. Santos, Carlos A. Llamas) / Pregunta: Si gana las elecciones, usted sería el primer alcalde tras la dictadura en pertenecer a la Universidad de Salamanca.

Respuesta: El ser profesor universitario no es un plus para nada, porque yo valoro tanto a un profesor como a un albañil, ya que cada uno tiene unas destrezas y nadie es más que nadie por haber estudiado una carrera. Yo soy un afortunado, porque hago lo que me gusta. Salamanca no se entendería sin la Universidad, así que tiene que haber una relación de respeto mutuo, de colaboración sincera, no deben existir ni luchas ni protagonismos por la prioridad del Ayuntamiento sobre la Universidad o viceversa. En la Universidad hay más presupuesto y plantilla que en el Ayuntamiento, lo cual ya dice mucho de su importancia para la ciudad. Por tanto, tenemos doce años por delante para trabajar y cambiar para mejor Salamanca teniendo como referente el octavo centenario de la Universidad.

P: Respecto a las elecciones al Rectorado, ¿tiene alguna preferencia?

R: Sería una imprudencia absoluta por mi parte plantear el apoyo a algunos de los candidatos. Hace cuatro años fue la pregunta que más me hicieron y di la misma respuesta. Yo voté a quien creía que mejor representaba mi forma de pensar, y esto será lo que haga esta vez. No se puede desvincular mis declaraciones públicas de mis responsabilidades en el ámbito del partido. Y el Partido Socialista no se presenta a las elecciones al Rectorado. No sería bueno para la Universidad que los partidos políticos hicieran campaña por los candidatos. Dentro de mi partido hay muchos universitarios, y estoy seguro de que sus votos se dividirán entre los tres candidatos.

P: Por cierto, ¿qué opinión le merece el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)?

R: Estoy aprendiendo acerca de ello. Creo que es una obligación llevarlo a cabo. Algunos dicen que hay mercantilismo, pero yo no lo creo, aunque es cierto que viene impuesta una cierta vinculación entre el ámbito universitario y el mercado laboral. Yo creo que la universidad tiene que ser, sobre todo, un foco de cultura. Y el aumento de cultura y formación lleva al universitario a un mercado laboral en el que sentirse útil. En cuanto al método docente, que las clases se den desde el punto de vista del alumno y no del profesor, me parece positivo. Quienes somos profesores vamos a tener que cambiar drásticamente, y creo que no todos están en la misma disposición. Yo este año he empezado con ello y he comprobado cómo la relación entre el profesor y el alumno aumenta de una forma muy positiva. Hay que desterrar la idea de que uno es más importante por estar encima de la tarima, de que los demás están para escuchar... Tiene que haber un nivel de conocimientos, pero también un nivel de formación humana e integral.

P: En cuanto a la política nacional, el 2006 ha sido el año de las reformas de los Estatutos de Autonomía. ¿Qué va a aportar la reforma del Estatuto de Castilla y León a Salamanca?

R: Hay una carta de los derechos sociales, poca conocida, y propuesta por nosotros, que impregna el conjunto del Estatuto. Éste no ha tenido la relevancia pública que han tenido los de otras comunidades y alguien puede decir que se ha hecho sin debate por parte de los diferentes colectivos. En el Parlamento ha habido muchas comparecencias para tratar la reforma. También habría que ver cuánto de vertebrada está Castilla y León para verse representados los ciudadanos por quienes han acudido. Cuestiones muy importantes para los ciudadanos son: el control sobre el río Duero o la Policía autonómica, pero para mí éstas son menos importantes que llevar a cabo una apuesta decidida para evitar la despoblación y que los derechos sociales impregnen el conjunto de la acción pública. Otra cuestión es que, como siempre, los estatutos son letra, y que al final dependerá de quién lo desarrolle. Yo tengo la convicción de que no será igual el futuro de Castilla y León si el Estatuto lo desarrolla quien ahora gobierna, que cree poco en el autogobierno y mucho en el poder, que lo ejerce casi como algo de asignación personal, o si lo desarrolla el Partido Socialista.

P: Hay encuestas que sitúan a Juan Vicente Herrera como uno de los presidentes menos conocidos. ¿Por qué?

R: Hay una estrategia absoluta de la Junta de Castilla y León de no ser responsable de nada. Y esto tiene como consecuencia que su presidente no sea conocido por los ciudadanos. Si los ciudadanos supieran que las listas de espera son competencia de la Junta, quizá no votarían a quien está gobernando ahora.

P: En Salamanca parece que es más conocido Carod Rovira que Herrera...

R: Carod Rovira y el PP se necesitan. Quienes tienen posiciones basadas en el radicalismo y en el enfrentamiento se terminan encontrando. Aunque ahora parece que Carod, que está lejos de mis simpatías, se ha moderado en los últimos tiempos mucho más que el PP. Si no hay bronca, hay quien no se siente cómodo. Y el PP necesita de la bronca. Por eso, a alguna personalidad pública, como es el responsable de Esquerra, se le conoce mucho, porque no deja de estar en la boca de los dirigentes del PP todos los días para acusarnos a los demás de no se sabe bien qué.

P: ¿Hay sentimiento de comunidad en Castilla y León?

R: Es una pregunta difícil de responder. Porque ¿quién generaliza el sentimiento de cada persona? Lo que está claro es que si uno plantea si hay sentimiento de comunidad o sentimiento de localismo, yo creo que hay más sentimiento localista. Esto no es algo que haga que la gestión autonómica sea más negativa, pero desde luego es una cuestión muy clara: si no hay convicción de que Castilla y León tiene capacidad por sí misma de trasladar mensajes positivos, su papel respecto a reivindicaciones en otros sitios es bastante más débil.

P: A nivel nacional también se ha hablado mucho de la crispación que hay en la vida política. ¿También existe en Salamanca?

R: Lanzarote es la crispación en sí. Sin enfrentamiento no va a ningún lado. Ahora quiere enfrentarse al Gobierno por el AVE. Hay que tener cara..., alguien que pertenece a un partido que en su proyecto de infraestructuras no comunicaba Salamanca con Madrid a través de Ávila. Y quien dice que quiere hacer un puerto seco y no quiere que en las vías del ferrocarril circulen mercancías. Entonces, el puerto seco ¿cómo lo hace? Está claro, si no hay enfrentamiento, no hay nada. Lanzarote necesita un enemigo al que enfrentarse, porque él no puede defender su gestión, y el enemigo lo ha encontrado últimamente en el Gobierno central. Algo que tiene que ver más con una derecha rabiosa que no ha asumido todavía que perdió las elecciones en el año 2004. Lanzarote es un buen exponente de esa derecha enfadada permanentemente porque los ciudadanos les dijimos hace dos años que ya estaba bien de tomarnos el pelo.

P: Se acaba de referir a las infraestructuras, un tema que enfrenta continuamente al Partido Popular y al PSOE. Las críticas del PP al Plan del Oeste, ¿qué le dicen?

R: Me dicen que es un gran plan, porque si no lo fuera no lo estarían reivindicándolo todos los días para que se cumpliera. Es un proyecto a ocho años, que lleva dos años y medio de desarrollo, y que en este tiempo ha conseguido más inversión en Salamanca que si el señor Aznar hubiera estado gobernando cien años. Hay 17 tramos de autovía en obras y quien lo niega es que no visita las carreteras. Ahí están los incentivos fiscales del año 2005 y también otras decisiones importantes, como la de que el Centro Nacional de Referencia del Alzheimer se sitúe en Salamanca, con 200 puestos de trabajo, 12 millones de euros de inversión; o cuando se elige Salamanca como sede del museo nacional (sólo hay unos 20 en España) de arquitectura, al que optaban también Zaragoza, Santiago de Compostela, Sevilla y Segovia. Y el Gobierno decide que se instale en Salamanca, esto es el Plan del Oeste; y además se demuestra con ello que no hay partidismo, porque Salamanca, de esas cinco, es la única que todavía no está gobernada por el Partido Socialista. Y esto es una buena muestra de lo que es gobernar pensando en los ciudadanos y no en los intereses de partido.

P: ¿Qué cree que es más necesario: el AVE que una Salamanca con Madrid o trenes regionales que unan la ciudad con otras cercanas?

R: Hace falta un tren que no se dilate en el tiempo de manera eterna. La alta velocidad que plantea el Gobierno son trenes de más de 200 km/h, que permiten también utilizar mercancías, porque para una ciudad estratégica como la nuestra es de sentido común. Está claro que si alguien tiene que ir a Valladolid y tarda dos horas en tren, no va. Y si el tren no permite desplazamientos frecuentes a Madrid se utiliza más el autobús. Por ejemplo, el TRD actual todavía es lento: tarda dos horas y veinte minutos. Pero es objetivo que es mejor medio de transporte que el autobús: es más seguro y en los fines de semana es puntual, algo impensable en la carretera. Lo que hay que hacer ahora es modernizar las vías y, una vez modernizadas, no serán incompatibles trenes de alta velocidad para conectarnos con el conjunto de Europa por Madrid. Además, si queremos luchar contra la despoblación y consolidar nuestra Comunidad, también es necesario que haya trenes regionales que el ciudadano que los utilice sepa que va a llegar a una hora decente a donde quiere ir.

P: ¿Cómo valora la actuación del equipo de Gobierno en materia de urbanismo?

R: En Salamanca, el Plan General de Ordenación Urbana se trabajó bien hasta diciembre de 2004; no tengo ningún problema en reconocerlo. Nosotros pusimos cuatro condiciones muy razonables: que hubiese períodos de exposición pública -que los hubo-; que hubiera un número importante de viviendas protegidas, debido a la gran dificultad que hay para acceder a la vivienda para las personas con recursos medios y bajos (Salamanca es una ciudad casi prohibitiva para el mayor número de familias); que se mantuviese la protección del casco histórico; y que hubiera un plan de protección de las redes, algo que también conseguimos. Pues bien, todo esto se destrozó de la noche a la mañana. El aparcamiento de Los Bandos destrozó la idea de la protección del casco histórico, porque no se puede llevar el tráfico al límite exacto de la ciudad patrimonio de la humanidad. Después, se quieren hacer los garajes de los camiones de la basura en la margen derecha del Tormes ¡a cinco metros del río!, ¿cómo se van a proteger las márgenes con los depósitos de combustible en ese lugar? Y se tomaron decisiones que fueron imposiciones del Partido Popular: la recalificación de suelo rústico protegido en el norte, con destinatarios claros del PP entre los beneficiarios. El urbanismo ha sido en los últimos tiempos, entre el 2004 y el 2006, una cuestión en la que para el PP han primado más los intereses individuales que los colectivos, y esto va en contra del desarrollo de la ciudad.

P: ¿Qué administración debería tener las competencias urbanística?

R: Las competencias ahora mismo las tiene el Gobierno autonómico. La cuestión es que la Ley del suelo estatal corrija la barbaridad de 1998, cuando se declaró urbanizable el conjunto del territorio nacional que no estuviese protegido. Esto hizo que en algunas comunidades autónomas (Murcia y Valencia) distintos promotores hayan estado urbanizándolo todo en contra incluso de los derechos de ciudadanos. Y ahora vienen a Castilla y León a hacer lo mismo. Estoy seguro de que la nueva ley del Gobierno va a servir para luchar contra la especulación. Otra cuestión es que en el ámbito del urbanismo hay una dualidad difícil de resolver: está claro que su gestión se puede resolver estando cerca de los ciudadanos, dentro del principio de subsidiaridad, pero hay tantos intereses que la cercanía a los ciudadanos puede pervertir el interés público. Al respecto no tengo claro cuál es la mejor solución, pero estoy convencido de que la ley del suelo puede ayudar a frenar la especulación.

P: ¿Nos puede explicar su idea de los presupuestos participativos?

P: ¿Cómo ve la situación posterior al atentado terrorista de ETA del pasado 30 de diciembre?

R: La situación la veo con una imagen de tristeza y desolación. La veo desde la convicción de que el único responsable del atentado terrorista fue ETA. Y la veo desde la respuesta a algo que se ha dicho durante nueve meses: yo nunca he hecho ni haré partidismo con el terrorismo, pero sí creo que hay datos objetivos que hacen ver que durante esos nueve meses el PP ha estado diciendo todos los días que el Gobierno se había rendido ante ETA, que había acuerdos ya firmados en cuanto a la autodeterminación, la territorialidad. Y si el Gobierno se ha rendido, ¿qué ha pasado para que haya este atentado? ¿No será que no hubo rendición, que este Gobierno ha sido mucho más prudente que el anterior en un tema tan serio como el terrorismo? La reacción de la derecha es la muestra más clara de que todavía no han asumido que perdieron las elecciones y creen que cualquier ocasión es buena para intentar desgastar al Gobierno. Pero se equivocan, me parece que los ciudadanos no aguantan que se haga política con un tema tan delicado como lo es el terrorismo. Desde luego, yo nunca lo haré.

P: ¿Sólo con la presión policial se puede acabar con el terrorismo?

R: El Estado debe tener en cada momento unos diagnósticos sobre lo que está ocurriendo. Creo que ahora mismo el gran problema es que todos estamos desorientados sobre qué ha pasado con un proceso en el que por los medios de comunicación hemos sabido, por ejemplo, que ETA y su brazo político se reunieron poco tiempo antes del atentado y la banda terrorista no informó a Batasuna de lo que iba a ocurrir. Con esto vemos que la desorientación es terrible. La respuesta debe ser: con violencia no sólo no debe haber diálogo, sino que se le tiene que decir a los terroristas que no van a conseguir nada. Y la presión policial es un instrumento necesario, igual que lo son los servicios de inteligencia del Estado. E importante también es abordar el tema con inteligencia, sin fanatismos, porque los únicos fanáticos son los que hacen del terror su forma de vida.