La exposición y la riña
Ciudad Rodrigo.net Visito en el Palacio de los Águila la exposición actual titulada “África en la mirada” de Ryszard Kapuściński, llevado por mi curiosidad al mundo que siempre me llama a visitar las más posibles de todo tipo, y por la riña entre nuestras
José Luis Sánchez-Tosal / Ciudad Rodrigo.net
Visito en el Palacio de los Águila la exposición actual titulada “África en la mirada” de Ryszard Kapuściński, llevado por mi curiosidad al mundo que siempre me llama a visitar las más posibles de todo tipo, y por la riña entre nuestras facciones políticas por su causa, y al parecer porque el concejal Cencerrado se ha sentido molesto por no haber sido invitado de forma oficial a la inauguración.
La exposición es un compendio de fotografías sin desperdicio. Ellas nos dan una visión de África desde mediados del siglo pasado hasta casi nuestros días. En las fotos del año 64 vemos después de haber pasado todo nuestro nada bueno colonialismo europeo, unas caras llenas de pureza y esperanza acompañadas de risas, en la titulada “Ghana 64” parece que a pesar de la dificultad de la forma de hacer el viaje, todo es posible, en la imagen de esa mujer que mira a los ojos del hombre, el rostro del cual más que agradecido por la visión que tiene ante sí del pecho de ella es todo un poema de satisfacción, mientras el niño busca ese pecho que lo alimente. Lo dicho, aún todo es posible. Otra imagen nos muestra una reunión de personajes que llenos de dignidad todos y cada uno podrían ser el rey que en la película “Memorias de África” negociaba con el personaje interpretado por Meryl Streep. Después ya en la titulada “Angola 75” nos muestra unos niños militarizados, la imagen es tan impactante como clarividente ante la reciente historia del continente, las armas tienen más peso del que los niños pueden sostener, pero allí están con ellas disparando a todo sin saber por qué pero sabiendo que no tienen otra salida. A pesar de todo eso, y de todo lo demás sabido y no sabido en la titulada “Bancin 91”, vemos a un grupo de mujeres que transportan cestas en su cabeza, la figura principal de esta muestra tanta belleza y tanto estilo que nos hace preguntar cómo en medio de todos los horrores africanos pueden seguir dándose esas sonrisas esperanzadas dentro de esos esculturales cuerpos. Pero finalmente en “Sudán 96” nos encontramos con el más real y trágico resumen de la situación, lejana ya no sólo en el tiempo sino en la situación anímica de aquella África del 64, pues las almas de esta fotografía parecen ya definitivamente derrotadas y prestas a ser comidas por las moscas.
Nada nos dice que en el momento actual estemos haciendo nada que haga cambiar esta última imagen, más bien la hemos empeorado de la mano de los últimos acontecimientos llevados a cabo por el emperador Bush con la ayudita de todos, pues qué decir de esta última medida de la comunidad europea, que da pie a que sin delito ninguno estos pobres infelices huidos de todo y de nada puedan ser internados 18 meses.
Pero ¿para qué se expone? Pues para extender la cultura, es decir, en este caso para ver el horror, y digo yo, para ver si así para, y concienciar y removernos de nuestra comodidad y hacer llamadas a quienes tienen en su mano poderlo parar, para llegar si llega el caso a enfrentarnos a ellos. Vamos para todo menos para reñir por estar en la foto de la inauguración de las fotos, siendo miembro de cualquiera de los clubs o de los partidos PP o PSOE que han avalado esta última lindeza legislativa en Europa, y por esto ya ven, ninguno ha reñido. Y es que a lo mejor estamos tan perdidos que ya la cultura es sólo como una exhibición de buen gusto ante el trabajo intelectual, sin que ello tenga que comportar una actitud ética, y por supuesto aún menos una rebeldía ante el horror impuesto, aunque sólo fuera de palabra.