Crisis en el PP
El pasado viernes Mariano Rajoy visitaba Sevilla, feudo de Javier Arenas, uno de los nuevos barones territoriales más mimados por el presidente nacional del partido. Sólo hay que ver los constantes guiños y mensajes lanzados al Presidente del PP-A a lo la
La Voz de Salamanca (Jesús Cascón) / El pasado viernes Mariano Rajoy visitaba Sevilla, feudo de Javier Arenas, uno de los nuevos barones territoriales más mimados por el presidente nacional del partido. Sólo hay que ver los constantes guiños y mensajes lanzados al Presidente del PP-A a lo largo de la reunión para darse cuenta de ello: "Javier ha logrado conseguir el mejor resultado del PP en Andalucía tanto en las pasadas generales como en las autonómicas…
Cuando se hacen bien las cosas hay que decirlo, y no lo he oído". La excusa de esta nueva visita a la capital hispalense era la de asistir a la reunión de la Interparlamentaria Popular Andaluza. Javier Arenas, uno de los dirigentes que más ha celebrado la marcha de Zaplana y su momentáneo abandono de la política (el de Olvera no olvida fácilmente cuando Zaplana criticó sin contemplaciones al presidente nacional por haber cedido ante el presidente del PP-A, que persuadió a Rajoy de que el PP debía apoyar la reforma del Estatuto andaluz, pese a que en su preámbulo definía a Andalucía como una “realidad nacional”) ha sellado un pacto de no agresión con otro de los hombres fuertes de esta nueva etapa, el valenciano Francisco Camps, otro de los barones que, al igual que el dirigente andaluz, más celebró el adiós del ex-portavoz popular en el Congreso.
Muy bien situados
Ambos saben que por el momento y lo mejor para sus intereses es mantener con vida a Mariano Rajoy. Solo si Rajoy sigue al frente del partido ellos podrán seguir soñando en ser los próximos candidatos a presidir la formación. En estos momentos, y eliminados a día de hoy todos los competidores de la carrera por acceder a la presidencia, salvo que al final los "zaplanistas" puedan dar la sorpresa en el Congreso presentando una moción de urgencia y sometiendo al pleno del Congreso un cambio en los estatutos que pueda permitir la presentación de cualquier otro candidato al proponer la rebaja de los avales necesarios, o bien dando la posibilidad que los compromisarios puedan avalar a más de una candidatura -tal y como explicaba en mi último análisis-, Arenas y Camps son dos de los peones mejor situados para suceder a Rajoy en el futuro.
Esperando una nueva derrota
Conocedores de su fuerza, sólo les cabe esperar que Mariano Rajoy se rodee de un equipo no demasiado conocido por la militancia, y sobre todo que la persona elegida por el presidente para suceder a Ángel Acebes al frente de la secretaria general no sea un peso pesado. Y es que hoy por hoy todos en el PP esperan con ansiedad conocer el nombre de la persona elegida. Todos quieren saber si el nuevo secretario, o secretaria, tendrá un perfil como el de Álvarez Cascos y con ello la suficiente capacidad como para poner fin a los desmanes de los barones, o bien será una persona de carácter maleable y cuyo nombramiento no suponga un peligro para las aspiraciones de ese grupo de dirigentes que esperan con ansiedad un nuevo fracaso de Rajoy para poder optar a la presidencia en ese presumible Congreso que deberá celebrarse en el 2011. De ahí la premura y la insistencia que durante estos días viene demostrando más de un dirigente popular por conocer el nombre del nuevo secretario del partido.
Los mensajes de Rajoy
En su alocución ante diputados y senadores andaluces, en la que se hizo acompañar por la también cuestionada portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, Rajoy lanzó un doble mensaje ante la imparable controversia interna. En primer lugar, de calma: "Tened la absoluta certeza y seguridad de que sé lo que hago", dijo para tranquilizar a los suyos. "Actuaré con responsabilidad, sensatez y sentido común", remató. En segundo lugar, de fortaleza: "Si el partido me apoya tengo ganas, ilusión y coraje para ganar las elecciones", aseguró solemne. Fue éste el mensaje de más calado de los que lanzó ayer Rajoy ya que dejaba claro, consciente de que en 2011 le aguarda un nuevo congreso que podría derivar formalmente en unas primarias si así lo aprueba el cónclave de junio, (cosa que no sucederá sin el visto bueno de Capms y Arenas) que abriría el abanico a eventuales rivales, como Esperanza Aguirre.
La elegida
Sin embargo, aunque Rajoy nada desveló en su visita a Sevilla sobre la persona elegida para ser su número dos en el partido, el rumor fue insistente entre los asistentes a la reunión; según varios diputados y senadores afines a Arenas, éste ya les habría insinuado que la persona elegida podría ser otra mujer y que esta no sería otra que la ex-colaboradora de Esperanza Aguirre y hoy presidenta del PP en Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal. Una candidata que por lo escuchado a los allegados a Arenas no estaría mal vista por el Presidente del PP-A y por el Presidente del PP valenciano, quien además podría lograr que uno de sus hombres, Esteban González Pons, se hiciese con la portavocía del partido, como se anunció ayer de manera oficiosa.
Que nadie se engañe
De confirmarse estos dos nombramientos, los vencedores del congreso no serían otros que nuestros dos personajes del análisis de hoy. Con una secretaría supuestamente débil por un lado, y con un portavoz más que afín al presidente de la Generalitat Valenciana por otro, el futuro de Rajoy empezará a estar, más que nunca, a expensas de las ambiciones de ambos dirigentes. Unos dirigentes, que nadie se lleve a engaños, harán todo lo posible e imposible para que en el PP y en su congreso eso de las primarias no deje de ser un mero capricho de Esperanza Aguirre y sus ambiciones por presidir el partido.
El espíritu machista de la derecha
"Lo que nos faltaba ya en el partido, y lo que le faltaba a Rajoy, que nos empiecen a comparar con Zapatero en esto de primar a la mujeres, no sólo nos ha impuesto a su “niña”, sino que ahora nos puede imponer a otra mujer en el partido… no sé donde vamos a parar. A este paso los diputados vamos a tener que quedarnos en casa y mandar a nuestras mujeres al Congreso…" Quien así opina es un viejo dirigente del PP-A, y que viene a demostrar el malestar que en ciertos sectores de este partido supuso el nombramiento de Soraya Sáez de Santamaría, y que puede hacerse más patente si se confirman los rumores que el viernes comenzaron a circular entre los asistentes a la Interparlamentaria Popular de que otra mujer, Maria Dolores Cospedal, puede ser la elegida por Mariano Rajoy como número dos del partido.