Un complicado proceso burocrático permitirá pintar a los graffiteros en Salamanca
Salamanca permitirá los graffitis, siempre que los autores presenten fotos, bocetos y permisos de los propietarios en el Espacio Joven. Entonces se les entregará un carné… que sólo valdrá para una "pintada". - Salamanca
La Voz de Salamanca (adn.es, Marcos Merino) / Salamanca permitirá los graffitis, siempre que los autores presenten fotos, bocetos y permisos de los propietarios en el Espacio Joven. Entonces se les entregará un carné… que sólo valdrá para una "pintada".
Si no puedes con ellos, déjales que pinten, pero con control. Es lo que ha debido pensar el Ayuntamiento de Salamanca, que ha anunciado que permitirá los grafitis en las paredes de la ciudad, siempre que se cuente con un permiso municipal y los grafiteros se saquen un carné para pintar en la calle.
El proceso es bastante burocrático: el grafitero debe seleccionar un muro, hacerle una foto y enviársela, junto con un boceto del dibujo, a la Concejalía de Juventud. Si la pared es privada, deberá adjuntar además una autorización del propietario. También se permitirán trabajos colectivos: si el mural lo realicen entre varios autores, todos ellos deberán solicitar la oportuna autorización.
Una vez aprobado el permiso, tras presentar los requisitos en el Espacio Joven, se entregará a cada uno de los solicitantes un carné personal con su fotografía, datos personales y las fechas y el lugar dónde se pintará el grafiti. Además, el autor deberá enviar al consistorio una fotografía de su trabajo terminado.
El Ayuntamiento también ha animado a las comunidades de vecinos a que cedan sus fachadas, si así lo ven oportuno, para que los jóvenes grafiteros las adornen con sus creaciones.
El objetivo de esta iniciativa es el de reconducir la imagen negativa asociada a los grafitis, y así "dignificar la ciudad y acercar este arte urbano" a los salmantinos, han indicado la concejala de Juventud, Gozo Merino, y el de Protección y Seguridad Ciudadana, Francisco Albarrán.
Salamanca es una de las ciudades que conserva las pintadas más antiguas de España, aquellas que dejaban hace siglos los estudiantes de su universidad en las paredes de los edificios.
La iniciativa choca frontalmente con las medidas adoptadas por otros consistorios españoles como el de Madrid, donde las autoridades persiguen a los grafiteros y las multas por pintar en paredes pueden llegar hasta los 6.000 €.