Sin cobertura

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Enero 14, 2008

Fue el miércoles por la mañana, circulaba por la calle en mi continuo bregar, dando vueltas a la Ciudad como el burrito a la noria, y sentía como algo distinto en el estar de la gente con la que me cruzaba, la veía como algo desosegada y me parecía que ca

José Luis Sánchez-Tosal / Fue el miércoles por la mañana, circulaba por la calle en mi continuo bregar, dando vueltas a la Ciudad como el burrito a la noria, y sentía como algo distinto en el estar de la gente con la que me cruzaba, la veía como algo desosegada y me parecía que caminaba deprisa y desorientada, pero como era en principio algo subjetivo pues no veía hecho en qué basarlo, pensé que fuera mi estado de ánimo, y preguntándome a qué se podía deber, pensé que quizá hay cosas que ya influyen en todos, y que la detención de un narco cercano, que parece ser algo más que un soldado raso, nos lo provocaba. Fue más tarde, cuando me enteré de que lo que sin duda había causado ese desasosiego que notaba en las personas que me cruzaba se trataba seguro que de su móvil, que como el de casi todos no había funcionado. No sé los motivos, pero no hubo cobertura, y esto sin duda produjo ya toda una conmoción, pues el aparatito ya forma parte de nosotros, y es como una prolongación de uno mismo, sin el cual nos sentimos como amputados y desnudos.

Lo cierto es que la avería tuvo en jaque a muchos, que yo no tengo duda de como cualquier otro adicto se le notaba en su cara y estado, producido por la cantidad de cosas que se solucionan a través de él, y que de repente habían quedado tan paralizadas como aquel que cae víctima de un mareo en la calle, marcando estos su dependencia, la cual es proporcional al grado de cosas que nos soluciona. Mientras, se tuvo que tratar de comunicar con los fijos y con aquellos que ya siempre se hacía por su móvil, y al tener que buscar en la guía y pensar que pudiera no haber nadie al otro lado, hizo que alguien dijera que "esta es ya la prehistoria", y yo me acordé en este momento si no sería mejor ir todavía unos pocos años más atrás, y encontrarte con aquellas telefonistas que te decían al descolgar: "José, no te muevas y merienda, que tu madre está en la peluquería y ya viene enseguida a casa".

En fin, toda una catástrofe que duró afortunadamente poco, pero lo que sí dura en muchas zonas de la comarca es la falta de cobertura, por ejemplo, a partir del pantano y en toda la zona de Las Atalayas, no la hay, pero sin embargo si se puede hablar a través de la compañía portuguesa Óptimus, cosa que hace más difícil entender por qué no se puede hacer desde una española, y claro, esto acarrea la correspondiente tarifa internacional. Entonces se hace todo más incomprensible aun siendo un lugar tan despoblado, aunque quizá se deba a cosas así cosas así.

Publicado en www.ciudadrodrigo.net

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