Cinco tristes tigres y Albertucho se ganan al público salmantino

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Noviembre 08, 2006

El pasado sábado 4 de Noviembre Cinco tristes tigres y Albertucho actuaron en un abarrotado teatro de Caja Duero. Llegaron, cantaron y convencieron.

La Voz de Salamanca (Raúl Herrero) / El segundo de los conciertos que Caja Duero tiene programado para Salamanca en su ciclo de jóvenes cantautores se celebró el sábado 5 de noviembre en el teatro de Caja Duero y en él participaron Los Cinco Tristes Tigres y Albertucho.

Salieron primero Los Cinco Tristes Tigres integrados en esta ocasión por Kiko Tovar, Miguel Dantart y Paco Cifuentes (la formación original de este grupo cuenta con Alejandro Martínez y un artista invitado que va cambiando en cada actuación. Carlos Chaouen, Tontxu, Alba Molina, Mercedes Ferrer, Quique González, son algunos de los que han participado de esta experiencia), y se encontraron con un público de lo más heterogéneo que iba desde un grupo de treinta niños venidos de un conservatorio de Vitigudino hasta personas de edad avanzada, pasando por los incondicionales de Albertucho, .Entre todos abarrotaban la sala y se notaba cierto aire escéptico (sobre todo por los seguidores del segundo participante, Albertucho) sin embargo fueron desgranando sus canciones y consiguiendo una complicidad digna de admiración, la gente reía, aplaudía, participaba y se comunicaba directamente con estos tres grandes artistas que con la genialidad que sólo se reserva a unos pocos, lograron unificar criterios y hacer que no existiese ninguna diferencia entre ninguno de los que allí se encontraban disfrutando del maravilloso espectáculo.

Intercalaron chistes con bailes y canciones que iban haciendo de hilo conductor a todo aquello que acontecía.

Los tres estuvieron brillantes y divertidos, los niños disfrutaron como si de un día de fiesta se tratase, los mayores se mostraron interesados y entusiasmados, y los fervientes admiradores de Albertucho se olvidaron por un momento de cual era el protagonista de la noche para ellos.

Kiko contó sus aventuras amorosas, Miguel estuvo agradecido y sorprendido por la aceptación que suscitó entre los más pequeños y Paco, con su gracia andaluza, iba presentando sus canciones.

Cantaron juntos canciones de los tres, y todos los que allí estuvimos pudimos disfrutar de un espectáculo cuidado y con grandes dosis de improvisación con la que consiguieron el más difícil todavía, que jóvenes, niños y adultos salieran convencidos de haber visto a un grupo de ARTISTAS con mayúsculas.

Tras ellos salió Albertucho que, ante un auditorio entregado, tan solo tuvo que ir entonando sus canciones apoyado por un guitarrista que se estrenaba y que destacó por su buen hacer, un bajo y una caja.

Empezó con tres canciones de su segundo y ultimo disco, lunas de mala lengua no existe el viento, la persiana y manos de trapo, momento en el cual había llegado la hora de que los chiquillos del conservatorio abandonasen la sala, no sólo por la hora (rondaban las once de la noche) sino también porque el espectáculo de Albertucho, siendo de una alta calidad, no era apto para estas edades. Fue un momento a destacar, puesto que aquellos que rodean “de cerca” siempre a un artista genial (su “troupe” de veinte personas que siempre le acompañan) tomaron un protagonismo totalmente indigno y fuera de lugar quejándose, levantándose y protestando.

Tras este pequeño y desagradable momento, Albertucho continuó con el show, el artista deleitó a su público con varias canciones del primer disco, “que se callen los profetas”, entre ellas matanza de almas, basura en que nacen flores y la estrella.

La gente ya se encontraba entusiasmada, levantada de sus asientos y totalmente entregada a este gran artista Sevillano, las canciones iban versionadas en un estilo mucho más acústico y con un aire más del sur, casi “rumbero”, algo que hacía aún más original el concierto.

Acertado en sus comentarios y consciente del público que tenía enfrente, Albertucho ofreció un buen concierto que alcanzó su punto de mayor auge cuando sonaban las notas de el pisito y descuida.

Tuvo que salir dos veces y es que hay que reconocer que Albertucho es un gran compositor e interprete que sabe perfectamente a lo que se dedica y ejerce con maestría y arte su buen hacer.

Acabó el concierto con todo el público feliz, de pie y totalmente encantado entonando la letra de volví a la barra, en definitiva un gran concierto lleno de fuerza y entusiasmo.

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