Avenida jugará su tercera final consecutiva tras un épico partido ante Ibiza



Redacción i-bejar.com
Mayo 04, 2008

Avenida y Ros Casares se verán de nuevo las caras en la final del Play Off por el título de liga (en el caso de las charras es su tercera final consecutiva) tras un vibrante partido en el que las charras se impusieron de manera épica a Ibiza tras haber id

La Voz de Salamanca (Gorka Esparza) / Avenida y Ros Casares se verán de nuevo las caras en la final del Play Off por el título de liga (en el caso de las charras es su tercera final consecutiva) tras un vibrante partido en el que las charras se impusieron de manera épica a Ibiza tras haber ido perdiendo casi todo el partido, sin pivots y con un quinteto inédito en la cancha.

Perfumerías Avenida 75 (19 + 16 + 17 + 23): Anke De Mondt, Montañana, Isa Sánchez, Clara Bermejo, Matic -quinteto inicial- Silvia Domínguez, Tracy Reid, Sheila Alaña.

EBE Promociones Santa Eulalia 71 (21 + 18 + 19 + 23): Silvia Morales, Rasmussen, Thyra Liljestron, Shona Thorburn, Sanho Little -quinteto inicial- Navarro, Alicia López, Mireia Navarrete, Ingrid Pons.

Árbitros: De Lucas y San Cecilio.

Pabellón: Wüzburg. Sin llegar al lleno.

Crónica

Si Salamanca es hoy una referencia en el balocesto femenino no lo es sólo por tener un equipo que lleva años disputando la Liga Femenina -habiéndola ganado en una ocasión- ni por las tres finales que de forma consecutiva han alcanzado las jugadoras perfumeras, sino por la afición que llena las gradas de Wüzburg conviertiendo la cancha salmantina en un "infierno" para los equipos rivales hasta el punto de que, en Salamanca, hasta que un partido concluye, puede ocurrir cualquier cosa.

Y a veces no resulta fácil de creer, sobre todo si tu equipo va perdiendo de doce puntos, tiene a su jugadora más alta lesionada y viendo el partido por la tele, y a tu pivot de referencia sentada en el banco con cuatro faltas a los once minutos de partido.

Pero en Wüzburg la épica tiene siempre un sitio asegurado y con fe, una afición volcada, algo de suerte y la calidad de Perfumerías Avenida, se pueden lograr remontadas de las que hacen afición, de las que se recordarán como si de un título se tratara.

Avenida, que había ganado por 38 puntos el primer partido de las semifinal, sucumbiendo de manera estrepitosa en el segundo encuentro, disputado en Ibiza, se la jugaba con la única ventaja -no menor- del factor cancha, pero con serios problemas motivados por las lesiones.

Con una velocidad trepidante y con tensión desde el primer minuto del encuentro, las charras salieron a por el partido, y al igual que ocurriera dos dias atrás en Ibiza, daba la sensación de que lo querían solventar en el primer cuarto.

Pero las prisas no son buenas y menos si la precipitación y los errores te han llevado al fracaso en ocasiones anteriores. Así lo debieron temer los aficionados al observar que Ibiza no se dejaba ganar fácilmente y que no solo reaccionaba sino que al final del primer cuarto acaba por ponerse delante en el marcador.

Precisamente con el marcador adverso y con un arbitraje riguroso, los problemas de Avenida se multiplicaron exponencialmente al decretarse la cuarta falta de Matic cuando acababa de iniciarse el segundo cuarto. José Ignacio Hernández se vió obligado a solicitar tiempo muerto para exigir calma a sus jugadoras, inmersas en una crisis de magna dimensión. No en vano, si en seis minutos las charras habían anotado hasta quince puntos, en los ocho siguientes solamente habían logrado encestar tres puntos.

Las sombras lograron disiparse -por momentos- ya que en los últimos minutos del encuentro, y con un quinteto inédito (Bermejo, Domínguez, De Mondt, Alaña y Tracy Reid) la distancia de doce puntos se redujo a cutro puntos. Una buena defensa y la momentanea baja por lesión de Sancho Litle propiciaron el cambio de rumbo en el partido.

Para suerte de Ibiza, el tiempo del segundo cuarto finalizó y tras el descanso, la pivot Sancho Little logro recuperarse del termendo golpe en la espalda que se propició tras una falta de la belga Anke De Mondt. Y por ahí comenzaron de nuevo los problemas de Avenida, ya que frenar a una pivot inspirada cuando la tuya está al borde de la eliminación supone una tarea harto complicada.

La clave estaba en la tranquilidad, una buena defensa y el acierto en ataque. "Casi nada" pensaría cualquiera. "Mucho y nada" aseguraba José Ignacio Hernández consciente de que en Wüzburg si Avenida lograba igualar el marcador, el partido no se iba a escapar.

Pese a que Avenida llegó a alcanzar con relativa facilidad el objetivo marcado -igualar- e incluso se puso por delante en el marcador, Silvia Morales (que ha enmendado en los dos últimos partidos su borrón del primer partido) y Sancho Litle se bastaban para echar por tierra los esfuerzos de un Avenida que de nuevo jugaba con el quinteto inicial en la cancha.

A pesar de que el tercer cuarto finalizó con ventaja para las ibicencas, Avenida dejó de cometer los errores que tan buena rentabilidad le habían propiciado al conjunto de Jordi Fernández, al tiempo que la excesiva dependencia de Sancho Litle y la magnífica defensa del conjunto charro propiciaron que Silvia Morales tuviera menos oportunidades y que Santa Eulalia cometiera errores en momentos determinantes.

Eso, unido a las cinco personales cometidas y al acierto en los tiros libres de Avenida (19 de 20) favoreció que Avenida mandara en el luminoso. Y a partir de ahí, la sexta jugadora - la afición- llevó en bolandas a un equipo que vivió con angustia cuarta larguísimos segundos plagados de personales, tiros, tiempos muertos y de acierto de Avenida (con especial mención a De Mondt y Montañana).

Al final, victoria de Avenida que le permite jugar por tercer año consecutivo la final de la Liga Femenina.

Estadísticas del encuentro

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