Anarquista, Albañil y Revolucionario
Bandido urbano. Idealista consecuente. Militante convencido. Albañil con una profunda conciencia de clase. Un Robin Hood moderno. Lucio. Así de simple. Lucio Urtubia ha sido el protagonista de la historia que los asistentes al Salón de actos de la Faculta
La Voz de Salamanca (Rubén Kotler) / Bandido urbano. Idealista consecuente. Militante convencido. Albañil con una profunda conciencia de clase. Un Robin Hood moderno. Lucio. Así de simple. Lucio Urtubia ha sido el protagonista de la historia que los asistentes al Salón de actos de la Facultad de Geogrfía e Historia de la Universidad de Salamanca han podido conocer. Documental y protagonista han dado a la ciudad de Salamanca una lección de historia. Verdadera, genuina, de esas lecciones de historia que han hecho historia. Se ha involucrado con la idea revolucionaria en acción.
Lucio Urtubia. Ha procurado dejar una huella más allá de sus dos especialidades: la albañilería y la falsificación. La primera la puso al servicio de su propio crecimiento como persona. La necesidad de aprender un oficio para sobrevivir. Esto le generaría una conciencia de clase revolucionaria que muy pocos en su condición pueden afirmar que han conseguido. La segunda sirvió a la causa revolucionaria en la que creía desde una mirada anarquista. La necesidad de emprender una acción que sirva para consolidar la posibilidad de una revolución. Influenciado por los hombres de la CNT, en especial "Quico Sabaté", quien le convenció de ser parte del movimiento anarquista. Lucio pronto entendió que el anarquismo libertario era la herramienta filosófica, teórica y práctica para combatir contra el franquismo y contra toda forma de explotación capitalista más allá de las fronteras.
Ante unas 100 personas Lucio no sólo presentó el documental que lo tiene por protagonista. Aprovechó el púlpito para hablar de política, para trasmitir su idea anarquista, para hablarnos de las posibilidades de un mundo mejor, no desde la teoría, sino desde la práctica. Intentó convencer que es posible transformar el mundo, desde la libertad que permiten las ideas anarquistas. En definitiva nos dio una lección de vida. Como albañil. Como anarquista. La mejor clase de historia que los alumnos de la carrera puedan tener. Ver el largometraje. Luego conversar con el protagonista. Ya no con el protagonista de una cinta de película. Sino con el militante, con el "actor social" involucrado en la revolución.
En un momento de la charla alguien le preguntó a Lucio si creía que algún día nuestra generación vería la revolución. Por la cabeza de Lucio habrá pasado la idea que no hay que esperar para ver la revolución, sino involucrarse para ser parte de ella. A quienes asistimos a la proyección, el documental nos mostró la idea revolucionaria que tuvo aquel hombre capaz de burlar al poder. Pero también aquel hombre se nos presentó después de la proyección, con la propuesta del cambio. Ejemplos de ese cambio que el propio Lucio pretende nos lo ha dado él mismo. Ha viajado por Brasil, por Argentina, por España y ha tenido la posibilidad de ver en acción a obreros que han conformado empresas autogestionadas, como los trabajadores del Hotel Bauen en Argentina. Es esa su revolución. Ser dueño de uno mismo, ser dueño del trabajo de uno mismo. Eso fue Lucio en su vida. Como albañil no sólo colocando un piso o poniendo concreto en una pared, sino colaborando con otros militantes que como él, lejos de soñar en la revolución, actuaban buscando el cambio. Como falsificador, puso sus conocimientos a quienes lo necesitaban. No por una causa nacional. En Lucio el internacionalismo le llevó a colaborar con movimientos revolucionarios de todo el planeta. La solidaridad hizo que él no pensara en el enriquecimiento propio, aún ahora, cuando los autores del documental le ofrecen un porcentaje de lo recaudado, el decide donar ese porcentaje a la causa humanitaria. Un gesto de generosidad que termina de pintar a un personaje que dio su vida por un mundo mejor desde un idealismo en el que todavía cree. No se arrepiente y cuenta su pasado con el mismo orgullo con que explica el ideario anarquista.
Lucio. Un documental que vale la pena ver. Un personaje que vale la pena conocer. Una vida que vale la pena imitar. Lucio es Lucio. Pero Lucio son esos miles de anarquistas que se jugaron la vida por cambiar el mundo y transformarlo. Se podrá discutir con él los métodos, se podrá discutir con él las posiciones, pero lo que no se podrá decir jamás es que ese hombre, Lucio Urtubia, no ha sido un consecuente militante que ha procurado hacer la revolución. No ha esperado verla por televisión.