Anarquista y albañil
¿Cómo definiríamos a Lucio Urtubia? Él lo tiene claro: Es anarquista y un trabajador, es un albañil que todo lo que tiene se lo ha ganado a punta de esfuerzo y solidaridad. ¿Cómo le definen desde entidades como el entonces First National Bank (CityBank ac
La Voz de Salamanca (José María Rodríguez Arias) / ¿Cómo definiríamos a Lucio Urtubia? Él lo tiene claro: Es anarquista y un trabajador, es un albañil que todo lo que tiene se lo ha ganado a punta de esfuerzo y solidaridad. ¿Cómo le definen desde entidades como el entonces First National Bank (CityBank actual)? ¡Un gran estafador y ladrón! Alguien que puso en jaque la moneda internacional de los cheques viajeros. ¿Y desde el resto de colectivos? Solidario, un hombre solidario y honrado.
A una persona que ha vivido tantas cosas como lo ha hecho Lucio Urtubia hay que definirlo (si nos vemos en esa encrucijada tan peligrosa) por lo que realmente ha marcado toda su vida, no por los hechos que coyunturalmente han aparecido o han servido para cumplir fines más loables.
Entonces: ¿cómo le definiría? Un trabajador auténtico, honesto consigo mismo y con sus ideales, que siempre ha hecho lo que ha estado en sus manos para ayudar a los demás, sean o no compañeros de armas de su palo, esté de acuerdo con ellos o no, si la persona lucha por una sociedad mejor, podrá contar con Lucio.
¿Que Lucio fue uno de los más grandes estafadores a bancos de la historia reciente? Sin dudas. ¿Que se dedicó a falsificar documentos que sirvieron para todo tipo de propósitos y gente, hasta para él mismo? Claro. ¿Que atracó bancos a mano armada? Sí, y hasta con un cuchillo. ¿Y el contrabando, no estuvo el contrabando presente en su día a día? Es parte de su historia personal. Pero todo esto son agregados, son situaciones en las que se vio envuelto, en las que participó, siempre manteniendo su trabajo y su familia, siempre manteniendo una honestidad suprema con sus propios ideales.
No podemos recordar a Lucio sólo como aquél hombre que puso en jaque al CityBank, no podemos poner el acento en esos documentos que tan bien vinieron a toda una generación para escapar de unos países en que vivían oprimidos, para estafar a otros o para salvar, simplemente, el pellejo. No podemos sólo recordarle por contrabandear tabaco u otros productos desde Francia para España o por robar durante la mili. No podemos ser tan injusto con él como casi siempre se ha sido.
Así que para romper esta injusticia histórica aparece en escena el documental "Lucio", que lleva como largo subtítulo "Anarquista, atracador, falsificador, pero sobre todo… Albañil", guionizado y dirigido por Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga, en el que se recorre la vida del albañil navarro que acabó siendo pieza importante en una serie de movimientos revolucionarios (más o menos, según los casos) desde una militancia anarquista y básicamente solitaria.
El documental, aunque se centra en el tema de la falsificación como hilo conductor (no por gusto la fama de "Zorro vasco" y "bandido bueno" y los titulares en los periódicos y telediarios de la época se los ganó así), no olvida el porqué de toda la actividad, deja más que claro que Lucio no se quedó un dólar para sí mismo, que todo lo hizo en favor de unas causas en las que se mostró solidario, aunque no las compartiera por completo.
Lucio afirma que hace apología del trabajo, que ahora la revolución es posible, pero de forma distinta, justifica el uso de la violencia en el pasado, con bastante pesar de haber tenido que ejercerla él mismo (era la única manera de conseguir ciertas cosas, era la única forma de avanzar, afirma), aunque insiste que expropiar a los bancos no puede ser delito, en tanto que los bancos son los delincuentes.
Ahora ve la autogestión (que se está volviendo a recuperar en muchos proyectos) como una revolución, me parece, paralela, ya que desde el poder poco más allá de ser el patrón se podrá hacer. Lucio fue anarquista antes de saberlo, se manifestaba comunista aunque discutiera con ellos por las formas en llevar a cabo las cosas, pero su antifranquismo sólo conocía las siglas del PCE. Fue la CNT francesa la que le enseñó en palabras lo que su corazón ya sabía.
Lucio, para ir acabando, es sincero y mantiene sus ideales impolutos, no de forma puritana (se declara enemigo del puritanismo), sino militante, práctico y claro en todo sentido y concepción. Fue sincero en el pasado y lo es en la actualidad, ha vivido mucho para ocultar la cabeza y muestra, sin ningún temor, sus cartas.
Habla sobre el destino que dará al dinero que le pagarán, a partir de ahora, con los beneficios del documental (y de la posible película que se hará sobre su vida), afirma que el 10% de esos beneficios le corresponden por contrato, y como ha hecho toda su vida, el dinero "de más" de lo necesario será repartido solidariamente: la mitad para presos políticos y la otra mitad para ayuda humanitaria por medio de la labor de su mujer.
Uno de los grandes hallazgos de este hombre es que se puede ser verdaderamente revolucionario durante toda la vida, conseguir mucho para los compañeros y salir vivo de la experiencia con una vida propia rica. Lucio reconoce que tuvo suerte, pero es un rayo de esperanza para todos realmente.
Lucio, un hombre proveniente de un entorno realmente pobre y represaliado terminó siendo importante para todos, haciendo amigos en las más altas esferas del poder (en Francia y hasta con contactos en la Cuba socializada) y siendo amigo hasta del mismísimo diablo si hacía falta, no perteneció a colectivo concreto alguno, no era necesario, mantuvo redes que servían para fines concretos, fue solidario y trabajador, fue honesto con todos a los que ayudó y le ayudaron (no lo repito por gusto), nos demuestra que una persona sí puede marcar la diferencia, y que todos tenemos nuestro papel siempre que querramos trabajar en el mismo.
Es sintomático en la izquierda en general el mordernos mutuamente de forma constante y sangrante, y no somos tantos como para apuñalarnos tantas veces y no lastimar con ello a nuestras propias ideas.
En la charla debate que siguió al documental (gracias a que la gente de CGT trajo a Lucio) casi al final se tocó este tema, hablando de las diferencias entre la CGT y la CNT (a las que Lucio dio palo, y reconoció el trabajo de ambas y que tiene amigos en las mismas) reprendió a ambas el fuerte enfrentamiento interno, como si el enemigo fuera la otra organización sindical, no nos equivoquemos de enemigo, clamó Lucio.
Y tiene razón, hay que saber qué queremos y cómo lo queremos, y dejar las peleas caseras para cuando hayamos completado el trabajo que aún nos toca realizar.