Agosto
ciudadrodrigo.net No ha nacido y ya hace bueno el refrán de que en agosto frío en rostro, con lo cual con él nos llega el alivio de los excesivos calores pasados, además de traer a gran parte de los nuestros al descanso a su comarca de Ciudad Rodrigo. Esa
José Luis Sánchez-Tosal / ciudadrodrigo.net
No ha nacido y ya hace bueno el refrán de que en agosto frío en rostro, con lo cual con él nos llega el alivio de los excesivos calores pasados, además de traer a gran parte de los nuestros al descanso a su comarca de Ciudad Rodrigo. Esas gentes perdidas en el éxodo perpetuo en busca de trabajo fuera de nuestra tierra, y con las que nos llega además de una compañía un cierto maná que bien nos viene.
Pues si la calor amaina y las gentes merecen el descanso, démoselo en todos los sentidos, al menos en este primer artículo que recibe el mes, después ya iremos viendo qué da este de sí. Aparquemos pues los problemas, olvidemos la economía y su familia: hipotecas, euribor, intereses, préstamos y demás aguafiestas. Incluso demos descanso a sus culpables: Bush con su guerra y sus amigos neocom, situados en todos los comités de vigilancia de normativas del mercado, con el fin de no ejercer, y traernos con su no hacer el regalito de las hipotecas basura. Y también le daremos descanso a los locales: Zapatero y Solbes que ya han reconocido la turbulencia del momento que nos llega del imperio, más nuestra particular hecatombe, oseasé la situación de la construcción, ésta con responsables solamente locales, veremos cómo se maneja esta bomba que ya encierra el despido de miles de personas, pero a ser posible de septiembre en adelante, única forma de tener la fiesta en paz.
Gocemos pues de esta preciosa tierra, bella y todavía de dimensiones humanas, en estos días, en que si la luz empieza a recogerse, todavía hay muchas horas espléndidas, para tener mayor tiempo de verlas a ella, y ahora con casi todas sus gentes habitándola, y recordando tiempos pasados de infancia y niñez, esos días azules de la vida que quedan envueltos entre sus pueblos y con personas que ahora se reencuentran en el mismo escenario, y aunque la inocencia que hace lo feliz ya no está, el escenario y los actores de entonces siempre son un bálsamo.
Tengan todos feliz verano