El taller de empleo Vía Plata IV concluye las obras de restauración de la ermita de Navacarros



Redacción i-bejar.com
Abril 26, 2010

Los alumnos de las especialidades de carpintería y albañileria han trabajado intensamente en el edificio para concluir la restauración

Trabajos en la Ermita de NavacarrosLas especialidades de Carpintería y Albañilería del Taller de Empleo Vía Plata IV de la Fundación Premysa han sido las encargadas de realizar los trabajos de restauración de la ermita de Navacarros. Los alumnos de las especialidades mencionadas han trabajado intensamente en el edificio para concluir la restauración. El proyecto ha consistido básicamente en la restauración del pórtico de acceso y los trabajos realizados radicaron en retirar y sustituir la cubierta del pórtico, que estaba separándose del resto del edificio, empujando las columnas de apoyo, lo que constituía un notable riesgo de desplome.

El taller de carpintería ha hecho nueva y colocado toda la estructura de madera: vigas, cuartones, tablas…, por su parte los alumnos del módulo de albañilería y restauración del patrimonio colocaron y aplomaron los pilares de granito que sirven de apoyo. También colocaron de nuevo la cubierta con teja curva sobre malla y una nueva capa de mortero de cemento sobre la nueva estructura de madera.
El pórtico fue desmontado por peligro de derrumbe a finales de febrero La ermita del Cristo del Humilladero de Navacarros se fundó en el año 1645 y se reedificó entre los años 1724 y 1725.

La Ermita de Navacarros

La pequeña edificación es simple. Se reduce a una única nave con cubierta a dos aguas, sacristía y pórtico delantero. El aparejo que predomina es la mampostería, con algunos tramos en sillar, especialmente en la fachada y en los contrafuertes. La fachada se organiza en la forma típica de las ermitas, con la portada de acceso resuelta en arco de medio punto, flanqueada por dos pequeñas ventanas rectangulares que servían para contemplar la imagen del Cristo desde el exterior. Un vano circular recortado en el hastial permite iluminar tenuemente el interior, mientras que una modesta espadaña remata la fachada. El achaparrado pórtico soportaba una techumbre de madera de única vertiente mediante cuatro columnas. Los dos centrales, más cuidados, son columnas sobre altas peanas y zapatas en lugar de capiteles. En los lados menores, el pórtico se cierra con bloques de granito para colocar asientos de piedra en su interior.