Consumidores y ecologistas hacen frente común contra el veneno anti-topillos
La Federación de Consumidores en Acción (FACUA) y las asociaciones de conservación de la naturaleza denuncian que el uso de grano envenenado para erradicar los topillos tiene un evidente riesgo para la salud pública y para la supervivencia de numerosas es
La Voz de Salamanca (AGENCIAS) / De hecho la técnica que se está empleando y que consiste en depositar este veneno en pequeños contenedores cilíndricos no resulta efectiva. Se ha podido observar en el campo como el grano contaminado se sale de los tubos y puede ser fácilmente vaciado por cualquier pequeño movimiento.
Pocas horas después del comienzo de la media veda, la propia Consejería de Sanidad de la Junta emitió un comunicado recomendando, con el fin de evitar intoxicaciones, no consumir ninguna de las especies cinegéticas que se abatan en las zonas donde se ha dispersado la clorofacinona. La media veda, es una época de caza en la que pueden ser capturadas distintas especies de palomas, así como también codornices, todas ellas aves consumidoras de grano (y por lo tanto muy susceptibles de ser envenenadas) y que son habitualmente consumidas por los cazadores o en establecimientos especializados. Estamos hablando además de especies migradoras, por lo que municipios que no han sido tratados con colorofacinona tienen un riesgo alto de recibir aves que provengan intoxicadas de otras zonas.
Inexplicablemente la administración regional no ha tenido en cuenta los informes elaborados por el Servicio de Toxicología y Veterinaria Forense de la Universidad de Murcia y del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de León, a raíz de los envenenamientos de Marzo. En estos informes se advierte del "riesgo de intoxicación diferida" o de los "riesgos para la salud humana" que la ingesta de animales afectados por clorofacinona podría tener para las personas. Además los venenos anticoagulantes pueden llegar a la cadena trófica humana de varias formas; es sabido que las mayores concentraciones de topillos suelen darse en zonas con cierta humedad y en las cercanías de vegas, arroyos y humedales. Así el ahogamiento masivo de topillos y otras especies, repletos de sustancias tóxicas podría llevar de manera indirecta estos productos a manantiales, arroyos y acuíferos al agua que posteriormente es consumida por personas y ganado doméstico. Además el veneno, utilizado por ejemplo en los cultivos de regadío puede llegar a las hortalizas cultivadas al incorporarse rápidamente al suelo con el riego y ser absorbido por patatas, remolachas y otras plantas de gran poder de captación de las sustancias del suelo. Por otra parte, hay que considerar que son miles las personas de cientos de pueblos (veraneantes, turistas, etc) que desconocen las medidas que está tomando la Junta y pasean por caminos tratados con venenos sin tener conocimiento de ello al no estar señalizados. Además los niños pueden ser atraídos por los tubos o los granos envenenados, tintados de forma llamativa. Hay que recordar que la clorofacinona tiene una toxicidad aguda para las personas por vía oral. En cuanto a la caza, el tratamiento con grano envenenado, puede suponer la desaparición masiva de especies como la liebre y el conejo, pues los mamíferos son especialmente sensibles a la sustancia empleada. Por otro lado, la grave afección a las aves, también supondrá un serio revés para especies como perdices rojas, anátidas, codornices o palomas(dentro de este grupo las tórtolas y las palomas zuritas son especies en franco declive en las dos últimas décadas). Finalmente hay que resaltar que los perros de caza corren también un grave riesgo de intoxicación, al poder consumir con gran facilidad los roedores y otras especies silvestres intoxicadas.
Las asociaciones conservacionistas reiteran que el grano envenenado afectará directamente a las especies protegidas como, avutardas e infinidad de pequeñas aves. Además muchas especies predadoras consumirán los topillos intoxicados y morirán por intoxicación secundaria. Entre los predadores de roedores que se verán afectados destacan más de 30 especies entre carnívoros terrestres, rapazas nocturnas y diurnas, reptiles y córvidas, todos ellos eficaces cazadores de topillos. Los predadores, especialmente las aves, además, tienden a concentrarse allí donde se producen las plagas.
La merma de predadores naturales, por la afección del veneno, supondrá que el papel que realizan de control de roedores no sea el deseado, ni ahora ni en años venideros, cuando la población de topillos esté estabilizada por su propia evolución cíclica y sean entonces las especies de predadores especialistas las que mantengan en niveles bajos la población de este roedor.