Juan Antonio Frías habla sobre patrimonio industrial desaparecido en el Casino Obrero
Los Tintes del Duque fueron demolidos en 2001 con la aprobación de las administraciones local y regional
El Casino Obrero de Béjar fue el escenario de una interesante conferencia impartida por Juan Antonio Frías Corsino sobre el patrimonio industrial desaparecido.
La presidenta del Centro, Josefa Montero García pronunció unas palabras de bienvenida a los presentes y un somero recorrido por el currículum del ponente, dando las gracias a la junta directiva del Casino Obrero por ceder su espacio para realizar el acto.
A continuación, Juan Antonio Frías Corsino, investigador y miembro del Centro de Estudios Bejaranos, comenzó su conferencia dando las gracias a Julián Mateos Lozano, Juan Félix Sánchez Sancho y Antonio Sánchez Sánchez por haberle dejado material gráfico para su charla. Desde el CEB esplican que habría sido muy complicado hacerse una idea de los datos ofrecidos por el ponente sin las fotografías con que se ilusró la charla “en algunos casos, nos conmovió, al darnos cuenta de todo el patrimonio industrial (edificios, documentos, materiales muebles y maquinarias, entre otros muchos) que se ha perdido y que se está perdiendo sin que nos demos cuenta”.
Su ponencia se centró en torno a tres tintes, hoy desaparecidos: el Tinte del Duque, después de Felipe Gutiérrez; el Tinte de Toribio Zúñiga y el Tinte de Gilart, ahora Museo de la Industria Textil. Los dos primeros ya no existen (cayeron bajo la piqueta demoledora, el primero para la construcción de viviendas, el segundo para ampliar un lavadero de lanas cercano) y el último se transformó prácticamente entero, para dejar solo los cuatro muros principales. Durante su explicación se sucedieron las fotografías de sus trayectorias, desde el cuadro de Ventura Lirios de 1726, pasando por fotografías antiguas, hasta llegar a imágenes tan escalofriantes como las que muestran las excavadoras echando abajo en 2001 los antiquísimos muros del Tinte del Duque, un establecimiento tintorero del siglo XVI, de los más antiguos de España, que fue destruido con la aprobación de las administraciones.
No faltaron las alusiones a la maquinaria, a los dueños de cada uno de los establecimientos, incluso a algunos trabajadores que pasaron parte de su vida entre los muros de esos edificios desaparecidos. La historia textil de Béjar está por descubrir y por revalorizar. Una de nuestras señas de identidad se está perdiendo sin que nadie haga nada por remediarlo y Juan Antonio Frías Corsino intentó concienciar de esa otra piqueta demoledora que supone el olvido.