Campaña de crowfunding para hacer visitable el castillo de Miranda del Castañar
La asociación promotora necesita recaudar cerca de 50.000 euros y se han organizado las primeras acciones para publicitar la recaudación
Tras haber recibido la gestión de castillo de Miranda del Castañar (Salamanca), la asociación sin ánimo de lucro Patrihum Casmi se ha propuesto contribuir a la revitalización, tanto de la fortaleza, como en la totalidad de la villa en la que se alza.
Hasta la fecha el colectivo ha realizado dos proyectos, denominados “SOL-21 y buen-camino.es”, desarrollados entre 2020 y 2021, gracias a los cuales se ha redescubierto, geolocalizado y señalizado un viejo sendero olvidado que cruza esta zona a través de pueblos y parajes catalogados entre los más bellos de España, acerca al centro historico de Miranda del Castañar y su fortaleza antigua sede del Condado.
Ahora el colectivo pretende poner en marcha la fase 3, mucho más ambiciosa, cuyo objetivo es hacer visitable el castillo y crear en él un centro de interpretación que centralice la información sobre los caminos ibéricos, la totalidad de la Villa de Miranda del Castañar y la propia fortaleza.
La asociación necesita recaudar cerca de 50.000 euros y el proceso se ha iniciado por medio de la puesta en marcha de un crowfunding —puedes acceder a los detalles desde aquí— y la organización de acciones de promoción para fomentar la participación que convierte a los donantes en “mentores del castillo de Miranda” a través de sus donaciones.
Antecedentes del Castillo de Miranda del Castañar
Construido entre los siglos XIV y XV por don Pedro de Estúñiga partiendo de un torreón anterior, el castillo de Miranda fue la principal obra defensiva de la zona. Estaba ubicado en el centro del Condado de Miranda y de la Serranía de Salamanca, entre los reinos de Castilla, León y Extremadura. Gozaba de unas comunicaciones envidiables para la época, ya que era centro de caminos históricos, algunos de los cuales datan del Imperio Romano.
Contaba además de un buen abastecimiento de agua. En sus proximidades se hallan los ríos San Benito y Francia, además una gran abundancia de fuentes y manantiales. Incluso, para asegurarse el suministro en caso de asedio, la fortaleza contaba en su interior con un aljibe y un pozo propio. En el siglo XVI, un pavoroso incendio asoló la fortaleza, los condes se trasladaron a la corte y el castillo cayó en el abandono.
No obstante, gracias a su magnífico armazón, el edificio se mantuvo erguido, incluso es uno de los mejor conservados de Castilla y León. Durante las centurias posteriores se utilizó como cantera del pueblo: sus almenas se transformaron en los burladeros de la primera plaza de toros que se construyó en España.
Este maltrato llegó al punto de que, a principios del XX, uno de sus cubos centrales fue dinamitado para construir la casa cuartel de la Guardia Civil. Esta situación no finalizó hasta que, en 1931, el castillo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y protegido junto a la muralla perimetral de la villa, que mide 600 metros y cuenta con cuatro puertas.
En 1969 fue subastado y adquirido, por los señores Nieto, Alonso Bartol y Enrique Andrés. Algunos miembros de estas familias conservan aún la propiedad de la fortaleza. Una vez adquirido el Castillo de Miranda, se retiró, mediante diferentes procedimientos arqueológicos la tierra vegetal y se apartaron las piedras de mampostería sepultadas entre la escoria del interior del castillo.
Posteriormente se procedió a la compra y derribo de las casas adosadas en la barbacana sur, y el ayuntamiento ordenó la demolición del cuartel de la benemérita. De esta manera los muros de la fortaleza quedaron la vista, salvo el cubo dinamitado.
Esta remodelación, que devolvió a la villa gran parte de su majestuosidad pretérita, no bastó para frenar el declive de Miranda, agudizado por la emigración a Europa o a otras zonas de España más industrializadas como País Vasco, Cataluña o Madrid.