El Bosque de Béjar y su jardín romántico amenazado I

José Muñoz Domínguez

Marzo 02, 2022 - 12:32

Presentación

Las actuaciones de la Administración regional en el BIC-Jardín Histórico El Bosque, erráticas y contradictorias, se han saldado con la degradación estética del entorno del estanque (2008-2010), la monstruosa transformación del espacio alnorte del Palacete (2017-2019) y de la terraza de la Huerta (2021), la alteración de una de las rampas laterales del sistema (2019-2021) y varias obras fallidas o mal resueltas(desde 2003). Por si no fuera suficiente, la misma Administración renuncia a recuperar las estructuras viarias originales de la alameda axial, según consta en el último proyecto autorizado. De nada han servido los informescríticos, perfectamente fundamentados, que presentaron el Grupo Cultural San Gil y la Plataforma para la Defensa de El Bosque de Béjar (PDBB) durante años: el ciego rodillo institucional no se detiene.

Pero no crean que las desgracias terminan aquí: la amenaza ya se cierne sobre la terraza del Jardín Románticocon un proyecto pendiente de aprobación en el que se ha decidido, entre otras perlas, suprimir la ría, el puentecillo y una de las fuentes de burlas, talar varios árboles y desmontar diversas piezas para construir una fuente inventada, capricho de su redactor. De nuevo, el ego del arquitecto por encima del respeto a un bien cultural, la Administración cómplice ocomplaciente y el dinero de nuestros impuestos listo para pagar otra ronda de despropósitos.

Intentaremos detener un nuevo atentado en este BIC, por enésima vez, ahora con esta serie de artículos dedicada al Jardín Romántico, demostrando los errores de datación, interpretación y valoración que destila el inicuo proyecto, y lo haremos partiendo de los informes redactados a petición del Grupo Cultural San Gil y la PDBB, basados en nuestra tesis doctoral sobre El Bosque de Béjar (1). 

Parte 1

Dos modelos para un jardín ecléctico-paisajista.

Antes de analizar los componentes de nuestro Jardín Romántico conviene situarlo en su contexto europeo y nacional, siquiera brevemente, aunque para ampliar referencias recomendamos la lectura del artículo publicado por Isabel López Blázquez, «El Jardín Romántico de El Bosque, un hijo de su tiempo» (2). 

Este tipo de jardines decimonónicos, denominados románticos por coincidir en el tiempo con la tendencia artística y literaria del mismo nombre, deben entenderse como soluciones eclécticas favorecidas por los avances técnicos en los medios de transporte y la industria e inspiradas por el jardín pintoresco y paisajista del siglo anterior, aquellos grandes parques creados en Inglaterra, como Twickenhan(1719), Chiswick House (1729), Stowe (desde 1735), Rousham (1737), Stourhead (1750) o Blenheim (1764), en los que se buscaba incorporar las formas libres de la Naturaleza al puro artificio que es todo jardín (3). 

El nuevo gusto jardinero se expandió por el ancho mundo occidental, especialmente en Europa y Estados Unidos. Desde Francia, con ejemplares tan destacados como Ermenonville(ca. 1770-1776) y la parte paisajista del Petit Trianon de Versalles (antes de 1781, fig. 1), llegó a España de la mano de jardineros como Pablo Boutelou, Jean Baptiste Mulot o Pierre Provost y, obviando el curioso precedente del Jardín delRobledo cerca de La Granja de San lldefonso (ca. 1765-1770), se implantó por primera vez en el Jardín del Príncipe de Aranjuez (desde 1772, fig. 2) y en El Capricho de la Alameda de Osuna (1783-1839, fig. 3), creado por iniciativa de la duquesa de Osuna y de Béjar. 

Con el nuevo siglo, pero no antes de acabar la Guerra de la Independencia y sus secuelas, se multiplicaron los jardines ecléctico-paisajistas españoles en Madrid y en otras ciudades importantes: el Casino de la Reina en Lavapiés (desde 1817, fig. 4), la Quinta de Vista Alegre en los Carabancheles (desde 1832, fig. 5), el Jardín del Barranco en la Moncloa (desde 1833, fig. 6), la reforma del Real Jardín Botánico (desde 1857, fig. 7), los primeros Campos Elíseos de Madrid (ca.1860, fig. 8), la reforma del Parque del Retiro (principalmente desde 1878, fig. 9) o el más tardío Parque del Oeste (1893-1906), «canto del cisne del jardín paisajista en España», según Martínez-Correcher (4); fuera de la capital cabe citar el jardín del Señorío de Bértiz en la localidad navarra de Bértiz-Arana (ca. 1848), ejemplos sevillanos como el Parque de María Luisa (fig. 10) y los jardines del duque de Montpensierjunto al palacio de San Telmo (ambos desde 1850, es decir, antes de la intervención de J. C. N. Forestier), el Jardín Botánico de la Concepción en Málaga (desde 1855), el Jardín de Monforte en Valencia (1859) y un largo etcétera cuya mención alargaría innecesariamente este artículo: basta echar un vistazo a los planos del Parcelario Urbano de Madrid (1872-1874), o de otras capitales de provincia, para comprobar hasta qué punto se había expandido el modelo, aunque también, por comparación con la planimetría actual, para lamentar el número de los que han desaparecido (5). 

Los jardines del siglo XIX quedaron dominados por la línea curva y sinuosa, las composiciones arbóreas, arbustivasy florales de apariencia natural, los escollos rocosos y la evocación acuática de arroyos y lagos (las rías artificiales), un programa que con frecuencia se completaba con fuentes y estatuas, templetes y otras arquitecturas integradas de aspectoclásico, popular, oriental o premeditadamente ruinoso. Tales son los principales componentes y características de este tipo de jardín en su versión extendida y campestre, pero también en su versión suburbana y urbana, de menores pretensiones y al alcance de la emergente burguesía. 

Este sería el caso de El Bosque, adquirido