Ambulatorio
"Me dicen que nuestro ambulatorio tiene los días contados, que no basta con la profesionalidad y la excelencia, pues las cuentas las echan en Valladolid, o en Madrid, o en Bruselas, o en Berlín, y a nuestros políticos no les cuadran los números"
José Muñoz Domínguez / Durante este último año, por motivos familiares, he conocido de cerca la atención sanitaria que dispensa nuestro sistema público de salud día tras día, noche tras noche, y sólo puedo calificarlo de excelente. Quizá tendría que referirme más bien –o sobre todo– a los profesionales que consiguen suplir algunas carencias materiales con su trabajo y buen trato: si el sistema es bueno, aún son mejores las mujeres y hombres que lo sustentan y hacen el dolor más llevadero.
En concreto, he podido comprobar ese buen hacer en varios hospitales de nuestra provincia: el Clínico de Salamanca y el modesto hospital de Béjar, nuestro ambulatorio, y no puedo decir que este último desmerezca frente al primero. Ya se que no cuenta con los mismos medios, ni con el mismo número de especialidades, ni con la misma capacidad en camas, ni con el mismo número de médicos, enfermeros, celadores, etc., pero con tan pocos recursos alcanza en atención y profesionalidad a cualquier otro: imaginen si en vez de dejar morir este hospital como hasta ahora, se invierte en él como es debido.
Sin embargo, me dicen que nuestro ambulatorio tiene los días contados, que no basta con la profesionalidad y la excelencia, pues las cuentas las echan en Valladolid, o en Madrid, o en Bruselas, o en Berlín, y a nuestros políticos no les cuadran los números: hay que ahorrar como sea (ojo: en todo aquello que no afecte a sus mamandurrias ni a los privilegios de sus amiguetes) para bajar no se qué déficit público. Hay que cerrar el ambulatorio de Béjar y unos cuantos más para que las cuentas salgan: las de la rémora de paniaguados que cada alto cargo arrastra, escualos de la política al servicio de sí mismos y de los suyos por el bien de Españñña. ¿De verdad lo hacen por nosotros?, ¿nos privan de un centro sanitario por nuestro bien?
Vaya usted a saber a qué España se refieren cuando se les llena la boca de tantas eñes frente al tonto independentismo catalán, por ejemplo, o cuando les mientas Gibraltar o Perejil. Desde luego no parece aquella que nos enseñaron cuando niños: «España limita al norte con el mar Cantábrico, etc.», ¿recuerdan? No. La Españñña de Rajoy limita al norte con María de Molina y Avenida de América, al sur con Alcalá y O'Donnell, al este con la Avenida de la Paz y al oeste con Paseo de Recoletos y la Castellana, lo que viene siendo el barrio de Salamanca, mismamente: los límites de Pijolandia. Cuando Rajoy habla de Españñña se refiere a ese territorio elitista con tiendas de lujo y grandes marcas, con casas de varios cientos de metros cuadrados y chacha ecuatoriana que viste a los nenes (¡el gran momento del día para Ana Mato!), no se refieren a la España de la gente como ustedes y yo: esa España sólo les importa para parasitar sobre ella, sobre nosotros. Cuando urden recortes en Educación o en Sanidad, ellos, los españññoles de Rajoy en ese y otros barrios españññolísimos saben que nuestro dinero ha sido convenientemente trasvasado a sus cuentas bancarias mediante tretas legales de ingeniería financiera, amnistías fiscales indecentes o acaparando ayudas públicas (sí, Esperanza: tus propias mamandurrias y las de tu ciénaga de batracios), y les da de sobra para pagarse los carísimos colegios y hospitales privados de Pijolandia. Ustedes y yo, en cambio, tendremos que ver cómo se cierran centros públicos con excelentes profesionales y enormes posibilidades para ser un referente sanitario comarcal, como el de Béjar.
¿Habrá verdaderas razones para cerrar este hospital más allá del coste evidente (pero absolutamente necesario) que supone? Perdón: ¿más allá de la inversión en salud y dignidad para los beneficiarios de su área de influencia? Pues yo creo que no las hay, que este cierre anunciado no es más que la consecuencia de las políticas elitistas, extractivas y desamortizadoras del PP, así que, desde estas humildes líneas emplazo a la máxima autoridad regional en materia de Sanidad, el consejero Antonio María Sáez Aguado, para venir a Béjar a explicar por qué va a cerrar nuestro hospital y para someter sus argumentos a debate público y abierto, dando la cara personalmente y sin esconderse detrás de subalternos de lujo con ganas de trepar. Y que tampoco se apure pensando que todo el mundo se pondrá en contra del cierre hospitalario: aquí también hay unos cuantos lameculos del PP.
POST-DATA: tal vez nuestro alcalde tenga mucho que decir en este asunto y acaso se lo calla; hagan su trabajo desde la oposición y pregunten, pregunten...
Artículo de opinión escrito por José Muñoz Domínguez