¿Alquiler de bancos en el parque municipal?

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Agosto 07, 2017

"Sorprende que al alcalde no se le haya ocurrido algo parecido para nuestro flamante Parque Municipal, alquilando sus bancos a los jubilados, por ejemplo, o el área de juegos infantiles a tanto la hora"

El Parque Municipal en agosto: áreas de césped bien regado y cortado, flores de temporada y árboles centenarios en buen estado general, atendido por una plantilla adecuada de jardineros

Grupo Cultural San Gil / En el último Pleno ordinario del Ayuntamiento de Béjar (27-7-2017) el alcalde informaba del coste de mantenimiento jardinero de El Bosque, aunque tal vez se refería al total del contrato con la cooperativa Salarca para más jardines: 123.000 euros anuales que justificarían la implantación de actividades con retorno económico para las arcas públicas, de modo que al precio de entrada a este BIC-Jardín Histórico se añadirían las nuevas tarifas por pasear en barca (¡3 euros cada media hora por persona, sumados a los 1,5 euros de la entrada!) y por pescar con susto, pero sin muerte, las dos nuevas actividades que, según cálculos inverosímiles presentados por el interventor municipal, reportarían hasta 88.800 euros al año, ahí es nada.

Al margen de que ambas ideas fueran plagiadas con todo descaro de una propuesta preliminar presentada por Izquierda Unida y el Grupo Cultural San Gil en 2015, eliminada la de pesca sin muerte en el proyecto definitivo de 2016, lo cierto es que ninguna de las dos se plantean por el Consistorio desde el obligado respeto al BIC, sino que lo violentan para servirse de él con exclusivos fines económicos, cuando la única prioridad legal es su conservación.

Sorprende que al alcalde no se le haya ocurrido algo parecido para nuestro flamante Parque Municipal, alquilando sus bancos a los jubilados, por ejemplo, o el área de juegos infantiles a tanto la hora: ¿por qué no sacar tajada de estas jugosas posibilidades, señor Riñones?

Veamos la odiosa comparación entre ambos jardines públicos. El Parque de la Corredera (foto 1), construido en 1881, tiene una superficie aproximada de 12.800 m2 repartidos en grandes eras de césped y flores, paseos de adoquín y tierra y arbolado de mediano y gran porte, recibe un esmerado mantenimiento –cuyo coste no parece inquietar al alcalde– y no alberga actividades de retorno económico ni consta que, por ahora, se hayan planteado (¡crucemos los dedos!). Por su parte, El Bosque (foto 2) es una villa suburbana de recreo construida entre 1567 y 1583 cuyos valores merecieron la declaración de BIC-Jardín Histórico, cuenta con una superficie ajardinada actual de unos 12.000 m2 (descontando el estanque) repartidos en pequeñas áreas de césped o plantas tapizantes y de setos –las flores brillan por su ausencia–, paseos de tierra y arbolado de mediano y gran porte, recibe un mantenimiento deplorable (su estado actual es mucho peor que cuando estaba en manos privadas) y, en cambio, se pretende que reporte ingresos para las arcas públicas. Es decir, lo que no se espera de un jardín interesante, pero no singular, se le exige a un Bien de Interés Cultural único en España: ¿a qué viene tal diferencia de trato?, ¿cómo puede ser el Parque Municipal la niña bonita de los ojos de nuestro alcalde y El Bosque su cenicienta?

Queremos recordarle que en 1999, cuando él mismo estampó su firma en el convenio para la adquisición pública del BIC, asumió una responsabilidad que hoy por hoy está muy lejos de cumplir: ni siquiera es capaz de ofrecer a El Bosque los mismos cuidados que al Parque Municipal y amenaza con sacarle toda la manteca, aun a costa de pervertir su uso y disfrute general. La única prioridad, señor alcalde, es mantener El Bosque en perfecto estado para las generaciones venideras, y no otra cosa: el rendimiento vendrá por añadidura. Déjese aconsejar de quien sabe más que usted y aprenda del ejemplo de Villandry (Francia) desde principios del siglo XX, donde el esmerado y costoso mantenimiento es la clave de su alta rentabilidad actual.

Artículo de Opinión del Grupo Cultural San Gil