La realidad

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Agosto 22, 2008

www.ciudadrodrigo.net Estos días de agosto pasa todo mientras nada sucede, o al menos quisiéramos que no sucediera. Hay un mundo diario en el que todo y sólo es deporte, lo llamamos Olimpiadas, al tiempo en su trastienda sucede una represión que no vemos

José Luis Sánchez-Tosal / www.ciudadrodrigo.net

Estos días de agosto pasa todo mientras nada sucede, o al menos quisiéramos que no sucediera. Hay un mundo diario en el que todo y sólo es deporte, lo llamamos Olimpiadas, al tiempo en su trastienda sucede una represión que no vemos y sin embargo sentimos, está tan escondida como el nombre de cualquier atleta sin medalla, pero tan presente como estos en las pistas. ¿Por qué no se le afronta? Mientras esto sucede, la gente está mirando pero viviendo otra cosa, es decir, están en una piscina donde un baño de un solo largo puede durar una hora, algo más del tiempo que tarda Michael Phelps, con una conversación sobre una paella de la que ríete tú de esa “alimentación especial” del deportista de turno. Pero ¿es que pueden hacerse esos esfuerzos sobrenaturales con bocadillos de chorizo y sin química? Me temo que no. ¿Cuál será la realidad de esas niñas que sólo conocen entrenamiento y sacrificio en aras de una medalla de gimnasia olímpica para goce de sus compatriotas, lucro de merodeadores, y orgullo de sus jefes políticos. ¿Cómo es posible que no se plantee nadie detener unos juegos que nacieron para parar las guerras y ahora se aprovechan para hacerla? Y de paso mostrar el nuevo músculo imperial ruso ante el mundo.

¿Esto es sólo lo que realmente para o la realidad es que el país para de esto y está de vacaciones? Pero, ¿son reales sus vacaciones o ya están sólo en el camino de una pesadilla vía estrecheces presentes, y que anuncian más y sin claro fin? ¿Es todo esto también real o sólo una psicosis proveniente de un ciclo que en estos momentos no deja a los poderosos encontrar más yacimientos especulativos donde hacer crecer su ya crecida fortuna a costa de hacer más que real las estrecheces mencionadas con anterioridad?

¿Cuál es la realidad, las olimpiadas donde se hace trampa no ya en la alimentación de los deportistas sino en su puesta en escena, o la vida de los espectadores de esa orgía de esfuerzos que no saben ya si están de vacaciones o viviendo la realidad mediática? ¿Y si la vida fuera lo que ya dijo alguien, “aquello que pasa mientras nosotros hacemos otras cosas”?

Sea como sea es cierto que las medallas son para los imperios, pero la gracia y el triunfo absoluto es para el despreocupado jamaicano Usain Bolt, procedente de los suburbios del mundo global, que con su gracia sobresale sobre la fría técnica americana representada en la natación y sobre la aterradora perfección china, ambas enterradas por la falta de aliño y entrenamiento y con la graciosa sonrisa del jamaicano. Del mismo modo que el disfrute real pienso que no es del espectador constante, sino de los que en estos días encuentran hueco para ir al huerto del pueblo con los suyos y a los suyo, aunque esto sea pueril y primario, per es como más real.

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