La pescadilla que se muerde la cola

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Junio 20, 2008

ciudadrodrigo.net Si una manifestación es una reunión de personas en la vía pública ordinariamente muy numerosas, al objeto de reivindicar frente a los poderes públicos determinados derechos o exigencias, generalmente de carácter político social, y en la

José Luis Sánchez-Tosal / ciudadrodrigo.net

Si una manifestación es una reunión de personas en la vía pública ordinariamente muy numerosas, al objeto de reivindicar frente a los poderes públicos determinados derechos o exigencias, generalmente de carácter político social, y en la cual los participantes expresan sus deseos por medio de pancartas o voces, entonces no hay duda de que Ciudad Rodrigo tuvo el martes 17 por la tarde una manifestación en toda regla, y que contenía todos los requisitos. Más de 1000 personas la avalaban, casi todos los colegios de la comarca y asociaciones la apoyaban, y los contenidos que se reivindican la justificaban.

Entonces, ¿por qué se da lugar a ella por parte de los poderes públicos? Sencillamente es una cuestión de presupuesto y de intencionalidad: “yo no monto nada porque no llegas a los ratios” y nosotros no tenemos ratios porque ellos no montan nada. O sea, la pescadilla que se muerde la cola, y quién, cuándo y cómo debe dejar el círculo vicioso, pues está claro que o se rompe poniendo los medios, o la otra parte, es decir, la comarca de Ciudad Rodrigo, dejará de jugar por inacción, es decir, por muerta.

Que empezar a andar cuesta eso está claro, que la obligación de amparo es de los poderes públicos también, porque lo nieguen o, lo que es peor, lo desamparen, (si no léase un mensaje llegado a esta página donde se pregunta por qué se llevaron la Escuela de Capacitación Agraria a Salamanca), es decir, no suman sino restan, y aquí entra no ya el presupuesto sino la intencionalidad, pues así hacen capital pero cenegan las comarcas, esas que están en trance de irse a la mierda si no reciben la atención necesaria, y ya urgente para supervivencia, y que convertirán a Castilla y León en un páramo con varias grandes capitales que todo lo absorben (¿tiene el suficiente número de alumnos locales la Universidad de Salamanca para justificar su tamaño?), hasta la vida del resto.

Que esto no sea así depende un poco de las dos partes, una la ciudadanía que ya puso el 17 lo que ella en este momento puede poner, la demanda de servicios, en este caso educacionales, con el fin de hacer de la comarca una tierra habitable, pero la otra es responsabilidad de la Administración, representada por el Consejero de Educación Juan José Mateos Otero y por el director provincial señor Mena, el cual ha emitido un informe negativo a la creación de nuevos ciclos formativos en Ciudad Rodrigo, seguro basado en el bajo número de alumnos, para cuya creación solicitó en su día existiera un número mínimo de alumnos que se ha conseguido y que se le ha puesto sin que sirva de nada encima de su mesa. Por ese camino y si no se intenta paliar aguantando el tirón hasta una recuperación, se va a la muerte directa de esta tierra.

Por tanto, atentos todos a su reacción después de la manifestación, y prestos a reivindicar de nuevo según sea su respuesta, pues las reivindicaciones acaban o debieran de acabar siempre cuando lo solicitado se ha logrado. O dicho de otra manera, y con palabras de la recordada poetisa local Celia Hidalgo:

Pues las razones dadas no son o no deberían ser razones cuando está en juego la supervivencia comarcal y la debida articulación territorial de Castilla y León.

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