La corrida del día de la Virgen del Castañar atrae a numeroso público
El público, que ocupó más de tres cuartos de entrada, retó al clima y venció
Mas de tres cuartos de entrada, peñistas mayoritariamente, asistieron al que posiblemente sea el único festejo taurino del año que acoja la plaza de toros de Béjar, la más antigua del mundo. Fueron peñistas en su mayoría, y le reclamaron al alcalde el pregón secuestrado, incluso le pidieron desde el tendido de la virgen que "se pusiera el chaleco", en clara referencia a la característica prenda de vestir del anterior alcalde, pero la plaza casi se llenó. El público, que ocupó más de tres cuartos de entrada, retó al clima y venció.
En el aspecto taurino, la ficha, la resumirían los expertos de esta guisa: Toros de Mercedes Pérez Tabernero para Eduardo Gallo, oreja y palmas; Morenito de Aranda, silencio y silencio y Damián Castaño, dos orejas y ovación. Y a lo que se podría añadir que los picadores fueron un mero adorno. Gallo no contó con la fortuna en la asignación de las bestias, Morenito quiso y no pudo y sólo Damian Castaño; al que el respetable quiere como nativo y el que gusta de arrodillarse en el albero bejarano; encandiló a la plaza, desde cuyas gradas se preguntó por José, "el Torero", apartado del festejo sin razón que lo justifique.