Un concierto inacabado

Residencia Mamá Margarita, Béjar

Redacción i-bejar.com
Abril 19, 2008

CONCIERTO: Nacho Vegas y Cristina Rosenvinge LUGAR: Sala B del CAEM, Salamanca AFORO: lleno absoluto Vegas y Rosenvinge: un concierto inacabado Ayer la Sala B del CAEM se llenó en una nueva jornada del I Festival Salamarte de Música Independiente. La actu

La Voz de Salamanca (Miguel Ángel Andrés) / CONCIERTO: Nacho Vegas y Cristina Rosenvinge

LUGAR: Sala B del CAEM, Salamanca

AFORO: lleno absoluto

Vegas y Rosenvinge: un concierto inacabado

Ayer la Sala B del CAEM se llenó en una nueva jornada del I Festival Salamarte de Música Independiente. La actuación del compositor islandés Johann Johannsson pasó desapercibida para un público que había acudido a ver a Nacho Vegas. Sí, al asturiano y a nadie más. Cristina Rosenvinge, compañera de viaje, cumplió su papel con solvencia, pero al respetable parecía estorbarle su presencia. El extraño dúo realizó un concierto sobrio, con un sonido exquisito y con la precisión propia de quienes acumulan una extensa gira a sus espaldas. Sin duda, esos tres ingredientes fueron lo mejor de la noche. Se echó en falta, sin embargo, la espontaneidad emocional que tienen los conciertos que recordamos con el paso de los años. Y el de ayer, pese a su calidad, se olvidará con facilidad. Lo peor, un directo excesivamente mecanizado, la ausencia absoluta de improvisación en las interpretaciones (vocales e instrumentales) y la breve duración del concierto. Pero lo que más defraudó al público fue que Nacho Vegas cediera tanto protagonismo. El cantautor gijonés tiene cada vez más seguidores que disfrutan con sus irónicas y dramáticas canciones. No es de extrañar que la reacción más calurosa de los asistentes coincidiera con la interpretación de algunos temas de su carrera en solitario, especialmente con El hombre que casi conoció a Michi Panero. La nota de humor la puso también Vegas, cuando se dispuso a leer un manifiesto de apoyo a la CNT por su lucha contra la SGAE y las risas le impidieron terminarlo. Curiosamente, muchos nos fuimos con la sensación de que lo verdaderamente inacabado fue el concierto de anoche.

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